Posturas – posturas extremas

Cuando digo «posturas extremas» me refiero a esas posturas sexuales que son realmente extrañas, y se salen de la serie habitual que solemos emplear. Son posiciones casi gimnásticas, con los cuerpos doblados antinaturalmente, pero que pueden ser divertidas de probar, al menos durante un rato!

Creo que todos hemos visto unas cuantas imágenes o vídeos de posturas de este tipo. Es más, incluso podemos encontrar algunas de ellas en los libros de posturas sexuales, escondidas entre posturas más normales como el misionero o el perrito. Y siempre te preguntas: ¿pero qué demonios hace esto aquí? Por lo menos podrían marcarla como «exótica» o algo similar.

Pero aquí queremos proponeros el uso de estas posturas de otra forma. No son posturas sexuales normales, en las que podemos dedicarnos a hacer el amor habitualmente, con todas nuestras fuerzas. Al menos no para la gente normal, seguro que hay gimnastas y atletas que pueden hacerlo. Pero los demás nos haríamos daño si lo intentásemos. Así que lo que proponemos es usarlas para romper la rutina, como un juego previo con el que nos excitamos y prolongamos la relación sexual antes de pasar a una postura sexual más normal y acabar.

Así que las empleamos precisamente porque son extremas, y sabemos que en esa postura no vamos a acabar, dado que todo nuestro cuerpo está en tensión, y estamos más preocupados por la postura que por el sexo.

Por ello siempre hay que mantener el espíritu juguetón con este tipo de posturas. No podemos ponernos a intentar una de estas locuras cuando nosotros o nuestra pareja tiene ganas de sexo rápido y brusco, o cuando no lo hemos hecho durante días y nuestra tensión sexual es enorme. Nada de prisas, estos inventos son para tomárselo con calma y probar a ver qué sale.

Por otro lado siempre tenemos que ser conscientes de nuestras limitaciones. Puede ser por nuestra edad, por alguna lesión, por nuestro peso o simplemente por nuestra mala forma física, pero tenemos que tener claro que no podemos hacerlo todo, y deberíamos saber hasta dónde llega nuestro cuerpo. Eso sí, si dudamos podemos intentarlo poco a poco. Nuestra pareja nos puede ayudar a ponernos en posición, y si decimos «para, para» no es cuestión de dejarnos caer de golpe, sino de bajar poco a poco.

Para saber dónde está nuestro límite lo más importante es la elasticidad. La base de estas posturas es doblarse en alguna forma extraña, así que tenemos que saber hasta dónde podemos doblarnos. Y aunque parezca ridículo, si queremos probar alguna puede que nos venga bien calentar un poco, como si fuéramos a hacer ejercicio. Especialmente la espalda, que es lo que más fácilmente se daña.

Y por último decir que una vez que estemos en la postura tenemos que tener cuidado con la fuerza empleada en la penetración. En una postura normal aguantamos esta fuerza porque estamos tumbados o apoyados, pero en estos casos se la lleva los brazos, la espalda o alguna parte del cuerpo. Así que nada de emocionarse y empezamos poco a poco, y subimos de intensidad si todo va bien.

Por lo demás os lo recomiendo encarecidamente, es algo muy divertido de probar en pareja. Si estáis viendo porno y véis alguna de estas posturas, es divertidísimo comentarla con nuestra pareja, y anotarla mentalmente para la próxima (o ir a probarla al momento). Vamos, que convertimos el empezar la relación sexual en un juego, con un toque de aventura. Y a la vez hacemos un poco de deporte, que nunca viene mal!

Ahora nos toca hacer una bonita compilación de posturas extremas, a ver hasta dónde somos capaces de llegar! ¿Os apetece probar?