Mientras estamos dormidos podemos recibir impulsos sexuales, e incluso darlos. Si no practicamos sexo durante una temporada podemos volver a aquellos tiempos adolescentes, de sueños húmedos, o incluso practicar sexo medio dormidos. Es una actividad estupenda, pero demasiado compleja de conseguir.
Una forma muy sencilla de variar nuestra actividad sexual es imponernos prohibiciones que nos obliguen a imaginar nuevas maneras de hacerlo. Es algo que tenemos que hablar y ponernos de acuerdo, pero puede ser muy divertido ir imaginando prohibiciones diversas: No hacerlo en el dormitorio No hacerlo en un determinado Leer más…
Como hemos comentado en un post anterior, la sensación de frío por la piel puede ser muy erótica. Si se hace ligeramente, como una caricia, estimula la capacidad de percepción de la piel, dejándola mucho más sensible. También se pueden hacer otros juegos con los hielos: Poner polvos de talco Leer más…
Todos hemos visto esto en alguna película erótica: el amante le pone algo de nata montada a ella en los pezones, y luego se los limpia con la lengua. El juego erótico con comida puede ser estupendo, pero también puede acabar siendo un desastre.
Ya hemos comentado en otros posts que la literatura erótica y sus variantes en formato cómic pueden ser estupendas actividades a realizar en la pareja. Ahora vamos a hacer esto mismo, pero hablado. Se trata de contarle a nuestra pareja una historia erótica.
Los juguetes sexuales se han convertido en algo habitual hoy en día. Ya podemos comprar anillos peneanos en los grandes supermercados (de Durex, aunque de baja calidad), vibradores disfrazados de masajeadores, etc. La cultura ha aceptado que los juguetes sexuales son algo normal, y por lo tanto aparecen en series, películas, etc.
Masturbarse es algo completamente normal, aunque todavía mucha gente cree que es algo que debe acabarse con las relaciones estables. Esto no es cierto, la eyaculación por masturbación suele ser distinta a la del coito, y por lo tanto debe disfrutarse como tal.
Ya sé que es un poco clásico, pero hay algunos detalles que quiero tocar sobre los aceites para masajes. Sí, son esos aceites aromatizados untuosos. Debo decir que, desde mi punto de vista, el apretar los pechos aceitosos de una mujer, o sus nalgas, es algo que me excita enormemente. La piel resbala, libre, y la carne se te escapa de entre los dedos, aumentando la tensión sexual y el erotismo.
Vale, pongo esto como una idea (y no como una receta) porque a mí nunca me ha funcionado (mi pareja y yo tenemos una tendencia a la risa fácil y al cachondeo, así que imaginaos lo mal que salió – aunque nos reímos lo nuestro). Así que no puedo aportar ni experiencias ni nada útil. Pero de todas formas entiendo que puede ser muy excitante (otro día comentaré nuestra versión), así que aquí va una guía.
El sexo telefónico suele ser empleado por parejas que se encuentran alejadas durante mucho tiempo, ya sea por trabajo, estudios o simplemente vacaciones. El caso es que pasa el tiempo, acumulas tensión sexual, y el sexo telefónico nos permite mantener la relación y relajarnos. En este caso el objetivo suele ser la masturbación simultánea.
