Relatos – volviendo de la playa (parte III)

Lucía se revolvía sobre su toalla en la playa, cambiando de postura continuamente. No podía dejar de pensar en lo que había visto en el bosque, y se había pasado el día fantaseando con lo que podía encontrarse otra vez ahí. Y las fantasías se iban haciendo cada vez más salvajes y más vívidas, y ahora mismo notaba la humedad en su entrepierna. Se levantó para darse otro baño que la ayudase a distraerse un poco de su lujuriosa imaginación, y vio que sus pezones se marcaban claramente a través del bikini. Se le empezaron a subir los colores y aceleró el paso para llegar al agua antes de que alguien se diese cuenta.

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Relatos – volviendo de la playa (parte II)

Lucía se despertó en su cama cubierta de sudor y flujo vaginal, y con las manos entre las piernas. Todavía sentía el placer del orgasmo que había tenido en sueños y seguía jadeando enmedio de la oscuridad. El sueño había sido muy vívido y lo recordaba todo: ella era la mujer que había visto en el claro, y veía todo a su alrededor a través de los ojos de la máscara de gatita.

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Relatos – volviendo de la playa (parte I)

Lucía se despertó justo cuando el sol empezaba a ocultarse en el horizonte. Se había quedado dormida en las dunas, y mirando a ambos lados comprobó que apenas quedaba gente en la playa. Esperaba que una tarde de playa le levantase el ánimo, pero no había sido así. Era el primer verano en muchos años que no tenía pareja, y lo notaba. Echaba de menos los jugueteos en la playa, que le diesen crema sensualmente, meterse mano entre las dunas, abrazarse en el agua y calentarse delante de todo el mundo sin que nadie se enterase… y el sexo diario. Lucía tenía muchas quejas de su antiguo novio, pero la frecuencia sexual no era una de ellas. Se había acostumbrado a un ritmo sexual endiablado, con un mínimo de cinco polvos semanales, y ahora le costaba pasar sin ello.

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