Este reto está especialmente destinado a parejas que sienten que se están estancando en la rutina sexual y ya pasan periodos de tiempo bastante largos sin sexo. Se trata de tener sexo todos los días durante treinta días seguidos! Sí, habéis leído bien: 30 días seguidos. ¿Te atreves?
Puede sonar a bravuconada de jovencitos, pero nada más lejos de la realidad: este ejercicio se suele proponer a parejas que se están estancando y necesitan volver a «conectar», tanto románticamente como sexualmente. Vamos a explicar el ejercicio y luego hablamos de los beneficios.
¿Qué hay que hacer?
Las reglas son sencillas: Tener sexo todos los días, durante treinta días seguidos. Al menos una vez al día, y si podéis más es que sois unos campeones. Y claro, tener sexo implica llegar los dos al orgasmo.
Y ojo, que esto implica que no valen ningún tipo de excusas: ni estar cansado, ni el clásico dolor de cabeza, ni haber discutido, ni haber dormido mal, ni «hoy no me apetece y mañana tendremos dos», etc. Vamos, que será mejor que nos preparemos un poco y escojamos bien la época, porque si no va a ser difícil conseguir el reto:
- Elegir una época sin nada especial: Vale, sabemos que no es posible tener 30 días seguidos sin tensiones o estrés, así que ni lo intentéis. Pero sí que podemos evitar épocas en las que tengamos viajes de trabajo, una entrega infernal que nos va a poner de los nervios, las vacaciones de Navidad con toda nuestra familia en casa, etc. Es decir: no digas «vamos a empezar hoy mismo!» sin pensar en qué puede pasar en los próximos 30 días. Pero tampoco vale agarrarse a cualquier escusa para no empezarlo 😉
- Aprovisiónate: Prepárate para cualquier tipo de inconveniente. Compra lubricantes, preservativos (normales y raros, para darle un poco de gracia), descárgate películas o lo que os venga mejor. Pero prepárate un poco, porque el día 23 vas a necesitarlo. Y asegúrate de los lubricantes!
- Tómatelo como una maratón: Esto va a llevar un tiempo, así que no gastes todos tus trucos la primera semana. Guárdate lo mejor para los días malos, en los que parece imposible conseguir que tu pareja llegue al orgasmo.
- Problemillas médicos: Como dice una anónima en su experiencia con este ejercicio, tanto sexo de golpe puede conllevar problemas. En su caso, el comienzo de una infección urinaria. ¿Cómo siguió adelante? Zumo de arándanos, bicarbonato y vinagre de manzana. Evidentemente si empieza a ir mal os recomendamos dejar el reto, que siempre podréis volver a intentarlo. Pero hay que intentarlo, así que tened a mano todo lo que podáis llegar a necesitar para superar vuestras limitaciones.
- Haceos una lista de cosas a probar, por si os quedáis sin ideas. Rebuscad en nuestra lista y tened preparado un arsenal de armamento pesado!
Ojo, que igual lo habéis leído muy rápido y no os habéis fijado: No vale la excusa de haber discutido. Y esto hay que dejarlo claro al inicio del reto. Da igual la bronca que tengamos, hay que tener sexo. Ésta es la parte graciosa del asunto!
¿Para qué?
La idea parece haber surgido de un blog de una mujer (aunque también hay un cura que afirma haberlo inventado) en la que explicó que todos los días dedicaba varias horas a su trabajo y se machacaba 45 minutos en el gimnasio. Así que pensó: ¿no soy capaz de invertir 15 minutos al día en mi relación con mi pareja? Y ésa es la clave: obligarnos a dedicar tiempo cada día a nuestra relación. En este caso lo estamos haciendo con la parte sexual de la relación (y pueden ser bastante más de 15 minutos 🙂 ), pero también podríamos hacerlo con la parte sentimental.
La principal consecuencia de cumplir el reto (o quedarse cerca de ello) es conseguir reforzar los lazos afectivos. Puede parecer que el sexo es físico, pero realmente una de sus funciones es emocional: Después de los 30 días nos sentiremos mucho más cercanos a nuestra pareja. Y por eso es importante el requisito de evitar la excusa de las discusiones: en las parejas de cierto tiempo (más de 7 años, por poner un número) es fácil caer en resentimientos y exigencias, en problemillas repetitivos que no acaban de arreglarse. Y evidentemente rompen el ambiente para el sexo, y acabamos yendo a la cama dándonos la espalda. Pues ya no vale: Hay sexo, y si quieres luego me das la espalda (spoiler: no vas a querer).
Otra consecuencia: Os váis a ver obligados a innovar. Algún día no tendréis tiempo y tendréis que hacerlo a toda prisa, aunque igual no os gusten los quickies. Otro día acabaréis haciéndolo medio dormidos, o encontrando un hueco al ir a la ducha. Vamos, que la comodidad de ir a la cama y «ya veremos lo que pasa» se ha acabado.
Y si queréis más ventajas: Habréis hecho un montón de ejercicio (especialmente trasero), y vuestra confianza pegará un subidón. Vamos, con esto ya deberíais estar pensando en cómo contárselo a vuestra pareja!
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