Esta idea ya la comentamos de pasada en la introducción al bondage. Su valor se basa en:
- la tensión del vendado, que no sabe que esperar y todo le llega por sorpresa. Asimismo todas las sensaciones táctiles se potencian al no distraernos con la visión;
- la sensación de dominio del no vendado, que siente que tiene el control, y que puede recrearse con el ritmo.
Material: algo suave y largo de tela, que podamos usar como venda para tapar los ojos.
Primero: hablarlo
A pesar de ser una actividad realmente suave (sin violencia, ataduras o nada similar), sí que puede ser tensionante para personas con tendencia a la angustia o con necesidad de control. Por ello es necesario hablarlo antes, y llegar a un «acuerdo».
Si uno de los dos no tiene claro si quiere probarlo, siempre puede vendarse el otro, y así comprobar que no es nada grave, viéndolo desde el papel del vendado. También se puede quedar en realizar la actividad en un día determinado, de forma que podamos prepararnos psicológicamente.
Aunque los dos tengamos claro que queremos probarlo, podemos quedar en una fecha, porque así disfrutaremos de la tensión previa durante todo ese día.
Asimismo podemos hablar si queremos mezclar esta actividad con otras, como la del bondage. De hecho, el vendar los ojos puede ser un primer paso para avanzar luego a ese tipo de actividades, ya que tiene una parte importante de dominación. Por ello estaría bien comentar los límites de la parte de dominación.
Segundo: la tensión
Una vez colocada la venda (no demasiado fuerte), las posibilidades son muchas, pero aquí vamos a ilustrar la siguiente: el vendado se coloca de pie, y el dominante va dando vueltas a su alrededor, mientras va haciendo lo siguiente:
- Susurrando cosas al oído (si os va el tema de las palabras «guarras» o los insultos, es un buen momento, siempre que tengáis claro que a vuestra pareja le gusta)
- Rozando la cara o los labios suavemente (siempre sabiendo que lo importante es la sorpresa: no debemos avisar al vendado de lo que vamos hacer)
- Luego cualquier zona de piel que tenga a la vista (escote, brazos), con la punta de los dedos o la lengua
- Luego acariciamos alguna zona erógena por encima de la ropa (el culo, por ejemplo)
- Acariciamos los tobillos y vamos subiendo poco a poco, hasta el muslo
- Luego empezamos a desvestirle/la
- Podemos ir desvistiéndonos nosotros, sin que se pierda el ritmo: es importante que el vendado no pueda «aburrirse» y perder la tensión
- Siempre vamos paseando a su alrededor, para mantener la tensión y la sorpresa
Tercero: la dominación
Una vez que esté desnudo/a, el juego es la dominación, y el vendado tiene que hacer lo que le decimos:
- Cogerle la mano y ponerla en una zona nuestra: le vamos moviendo la mano como queremos
- Vamos pasando por varias zonas nuestras, aprovechando para el sexo oral, assjob/thighjob, etc
- Le colocamos al vendado en una postura que nos excite y le devolvemos el «favor»
Cuando ya estemos bien preparados (a ser posible, que el vendado esté chorreando de placer), colocamos al vendado en la postura que nos apetezca y empezamos el sexo. Si podemos vamos ordenando cambios de postura hasta acabar.
Cuarto: a comentarlo
Como siempre, es importante comentar la actividad después y dejar claras nuestras sensaciones (normalmente con respecto al vendado):
- No nos ha gustado y no queremos repetir
- No está mal o nos ha gustado, pero nos gustaría probar el otro papel
- Nos ha gustado tanto que lo queremos incorporar a nuestro sexo habitual, con lo que dejamos la venda cerca de la cama (si es una bufanda o algo así pasará desapercibida)
- Nos ha gustado mucho y querríamos combinarlo con algo más: bondage, dominación más seria, etc.
5 comentarios
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