Este sencillo juego está destinado a parejas en las que uno de los dos ha perdido la iniciativa sexual y no suele decidir nada. Con este juego no le va a quedar más opción que ponerse al día, porque sólo se va a hacer lo que pida!
Este problema es muy habitual en las parejas que llevan tiempo de relación: una de las personas pierde la pasión sexual y acaba siendo pasivo/a en el sexo. Evidentemente esto suele ser bastante negativo para la relación, ya que lo que más nos excita a todos es sentirnos deseados. Así que se entra en un círculo vicioso y todo empeora. También hay casos en los que la sexualidad de uno de los dos es muy superior, y el otro acaba «dejándose hacer» al verse superado. En este caso el problema también es conseguir que el «activo» se relaje.
Por ello vamos a cortar de raíz esta mecánica: Cuando estemos empezando la relación (besos, toqueteos, caricias…) le dejamos caer a nuestra pareja que hoy le toca decidir a él/ella. Si se queja o hace de rogar, se lo dices claramente: «hoy sólo se hace lo que tú pidas». Es decir, que te tendrá que ir diciendo cualquier paso o acción que quiere que le hagas durante el sexo: «lámeme», «muérdeme los pezones», etc.
La primera respuesta suele ser la incapacidad para pedir nada, así que si es así tú no puedes parar de excitarle/a: Sigue repitiendo lo que estás haciendo hasta que te diga algo. Por ejemplo, si estabas acariciándole el trasero vas a seguir con ello hasta que pida algo nuevo.
Si ves que el juego no está funcionando, p.ej. tu pareja es incapaz de pedirte nada nuevo y os habéis quedado «bloqueados» en algo, puedes recurrir a sugerirle algo. Algo así como «y no te apetece que te haga …?». Ojo, sólo como última instancia: que sufra un poco de presión! Pero es mejor dejarle una salida y poder disfrutar del sexo a que se convierta en un problema. La siguiente vez ya mejoraremos.
Otro apunte: Este jueguecito no se puede usar varias veces seguidas, porque la presión es excesiva para las personas a las que les cuesta decidir. Nuestra recomendación es darle un par de sesiones de descanso, y luego volver a la carga. Si quieres dejárselo aún más fácil (sólo si lo ves necesario, claro), díselo con antelación para que se prepare: «esta noche te toca decidir a ti».
Por supuesto la comunicación después del sexo es muy importante. Se trata de que vea que disfruta decidiendo, y aquí hay que tantear cómo de mal o bien lo ha pasado. Una opción si no le ha gustado el juego es decir «la próxima vez me toca a mí, vale?». Con eso sabe que no le va a volver a tocar enseguida, y la siguiente vez puedes ir pidiéndole lo que te apetezca. No es lo mismo que tener a tu pareja totalmente activa, pero es un comienzo!
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