Los momentos son únicos: vienen y, si no los aprovechamos, se van para nunca volver. Y también los momentos sexuales: ese instante en el que tu pareja sale de la ducha y está para comerle el cuerpo entero. O cuando se agacha y se le marca todo. Son ocasiones especiales que hay que valorar, y en los que deberíamos dejarnos llevar por nuestro lado más salvaje: una sesión de sexo de golpe, sin avisar y sin plan alguno!

Hay quien vive cómodamente en la rutina: sexo planeado, tal y tal días, generalmente siguiendo los mismos pasos… Pero a todos nos gusta un poco de variación de vez en cuando: algunos la necesitan cada dos días y otros pueden pasarse meses sin ella. Frecuencia aparte, está claro que nuestra pareja nos sorprenda con una sesión de sexo sin aviso previo es algo estupendo, que nos indica que nuestra vida sexual va bien y que nos sube las pulsaciones a tope!

Nuestros consejos para sacarle el máximo provecho:

  • Lo primero es tener claro lo que hemos comentado: aprovecha ese subidón de energía sexual en cuanto lo sientas. No pienses en dejarlo para cuando lleguéis a la cama, después de hacer la cena o lo que sea. Porque cinco minutos más tarde tu cabeza (y tu entrepierna) está a otras cosas, y ya le cuesta volver a ese momento tan especial. Y le cuesta tanto que puede que no lo consigas.
  • Segundo, el sexo por sorpresa no es como en las películas. Ni como en el porno. No tiene que ser un derroche de penetración con gritos y gemidos por todas partes. Es sexo, el que nos apetezca. Si nos apetecen caricias y besos, pues eso habrá. Si queremos comernos a nuestra pareja con un oral, a por ello. Pero quitaros de la cabeza las expectativas: no es necesario correrse, ni penetración, ni nada. Se trata de aprovechar el momento, con lo que venga y hasta donde dé. Si llegamos hasta el final, estupendo. Y si se queda en un roce cachondo, también estupendo.
  • Tercero, hablarlo. Es mejor comentar con nuestra pareja, en algún momento distendido, hasta dónde nos gustaría llegar con este sexo por sorpresa, y cuáles serían las limitaciones. Porque puede que no le guste que le asaltes cuando acaba de llegar del trabajo, porque está mentalmente agotado/a y no puede responder correctamente. O hay personas que tardan en despertarse, y el mañanero está descartado. Probablemente ya sepas todo esto de tu pareja, pero mejor confirmarlo.
  • Cuarto, anímale a tu pareja. Si ves que tu pareja empieza a meterte mano y a pedir guerra, anímale dejándole ver que tú también estás excitado/a. Es decir, participa del momento y hazlo más potente, para que sea aún más excitante. Déjate llevar!

Así que a partir de ahora, que no se os escape ningún momento erótico sin disfrutar!

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