La posesión es una parte importante de la erótica de muchas prácticas sexuales: poseer a alguien, ser el dueño/a de su sexo, de su cuerpo… Se relaciona con la dominación, pero puede ser simplemente parte de un juego sexual. ¿Te ves poseyendo a tu pareja? ¿O quizás al revés?

La posesión en el mundo sexual puede tener muchos niveles. En su nivel más ligero es un simple juego de rol: hablamos de que una parte del cuerpo de tu pareja te pertenece, o decimos «eres mío/a», «todo tuyo/a» para dejarle claro a tu pareja que lo queremos todo con ella. Una vez se acaba la sesión de sexo (placenteramente, esperamos) ya no existe la posesión.

Algunos juegos de pareja siguen por esta línea, dándole más control a la posesión. Por ejemplo que tu pareja controle cuándo puedes correrte o no. Pero suele seguir limitado al sexo, o a temas relacionados con el sexo, como elegir la ropa interior.

Si subimos el nivel entramos en territorios de BDSM, asociado a la dominación. Aquí la posesión ya es más que un juego, y tiene implicaciones en tu vida sexual o incluso en el día a día. Y por supuesto está basado en el consentimiento: una persona cede su «propiedad» a la otra. Y por lo tanto puede recuperarla cuando quiera, para lo que están las palabras clave.

Y el nivel más extremo es el de la relación de esclavitud sexual, en el que la posesión llega a niveles extremos, y el dueño o maestro tiene un control enorme sobre el esclavo.

Pero lo más importante, sea cual sea el nivel, es evitar confundir la idea con prácticas abusivas. Que la relación sea desigual no justifica la falta de respeto ni la violación del consentimiento. La idea de posesión sólo puede ser saludable desde la idea del consentimiento.

Es innegable el poder erótico de la posesión, tanto de poseer como de ser poseído. Pero no todo el mundo encaja con un rol o el otro, hay quien disfruta más del hecho de poseer y otros de ser poseídos. No podemos forzar a nadie a tomar uno de estos roles si no lo disfruta. Así que para que encaje en la pareja tenemos que asegurarnos de que ambos estamos cómodos con los roles, y con el nivel al que queremos llevar la posesión.

La mayor parte de las parejas incorpora el primer nivel de posesión como algo puntual, para evitar la rutina. Y podemos quedarnos ahí, si estamos cómodos, para siempre. Pero si queremos seguir explorando la posesión os recomendamos ir poco a poco, asegurando la comunicación. ¿Hasta dónde queréis llegar? ¿En qué rol os veis cómodos?


2 comentarios

Anónimo · 17/07/2023 a las 2:47 pm

Me gusta…

Anónimo · 31/07/2023 a las 10:32 am

A mi ex le iba muchísimo quería que le hiciera de todo. Pero an mi no me gustaba demasiado, así que el final no funcionó

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