¿Cuál es tu movimiento más sexy? Ése que sabes que le sube las pulsaciones a tu pareja en un instante y lo reservas para momentos especiales! Practica delante del espejo hasta que sea digno de una peli porno!
El sexo oral tiene que ser agradable para ambos: para el que lo da y lo recibe. Y para eso tienen que darse unos mínimos, que para ser buenos amantes tendremos que asegurarnos que los cumplimos escrupulosamente. ¿Quieres saber cuáles son las quejas más habituales?
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Los cubrepezones eróticos son una forma muy sencilla u económica de aportar una estética erótica diferente a nuestro sexo. Los puedes encontrar en cualquier sexshop o incluso en Amazon, y hay una enorme variedad. Aquí os dejamos algunos modelos originales que harán las delicias de cualquier hombre.
Los momentos son únicos: vienen y, si no los aprovechamos, se van para nunca volver. Y también los momentos sexuales: ese instante en el que tu pareja sale de la ducha y está para comerle el cuerpo entero. O cuando se agacha y se le marca todo. Son ocasiones especiales que hay que valorar, y en los que deberíamos dejarnos llevar por nuestro lado más salvaje: una sesión de sexo de golpe, sin avisar y sin plan alguno!
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La lencería de cuero es una delicia para la vista: realza el cuerpo y nos deja mucho juego en el sexo. Pero siempre vemos cuero negro, con pequeñas variaciones de si es brillante o no. Aquí venimos a reivindicar otros colores para la lencería de cuero! Y para que se te haga la boca agua (u otras partes del cuerpo), te traemos ejemplos bien atractivos!
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¿Quieres recuperar el ambiente erótico por casa? Es decir, que tu pareja no pueda dejar de meterte mano en cualquier esquina en cuanto estáis a solas. Pues sorprendele/a paseándote por casa casi en pelotas: con lencería, por ejemplo. Y si tienes puesto algún juguete sexual, aún mejor!
Los juguetes sexuales pueden ser de muchos tipos y materiales, pero algunos de ellos tienen el aspecto de joyas sexuales, hasta el punto de que pueden ensalzar el cuerpo de nuestra pareja.
Todos identificamos al látigo como un instrumento de tortura, y precisamente por ello es un símbolo de poder, que facilita los juegos de dominación.
