¿Cuál es tu fantasía más oscura? Esa que ni siquiera te quieres admitir a ti mismo/a, porque no la reconoces como propia. ¿Podrías contársela a tu pareja? ¿Tenéis la confianza suficiente para ello?

El problema de las fantasías sexuales es que son como los sueños: descontrolados. Hasta el punto de que pueden ser sexuales, pero no ser realmente atractivas para nosotros. Es discutible si representan una parte más deshinibida, sin límites, de nuestra sexualidad, o por el contrario son sólo una mezcla de deseos y representaciones sexuales sin relación con nuestro erotismo personal. Pero el problema final es el mismo: podemos tener fantasías sexuales que a nosotros mismos nos sorprendan, desagraden o incluso aterren.

Esto no hace fácil compartir estas fantasías «oscuras», porque nuestra pareja tiene que entender claramente que no es un deseo, sino algo que nos pasa, externo, y que no representan nuestra sexualidad. Y para poder abrirnos además necesitamos tener la seguridad de que nuestra pareja no va a juzgarnos por tener esos pensamientos. Es decir, que tiene que haber una situación de confianza en la pareja que se preste a ello.

¿Os veis capaces de compartir vuestras fantasías más ocultas con vuestra pareja? ¿Y creéis que vuestra pareja puede hacerlo con vosotros/as? Si no es así quizás tendríais que pensar qué os hace falta para poder hacerlo, y trabajarlo para el futuro.

Una forma de hacerlo sería hablar de las fantasías con nuestra pareja y asegurarnos de que el ambiente es el adecuado, de que entiende las fantasías como lo que son realmente. Y a partir de ahí ir hablando de fantasías, subiendo el tono poco a poco. ¿Tienes una colección que ir compartiendo?


3 comentarios

Aitor · 23/02/2023 a las 4:44 pm

Fantasías juegos e ideas para aburrir, lo difícil es que la pareja te siga el ritmo…

Aitor · 23/02/2023 a las 4:47 pm

Muchas gracias por el trabajo que haces, aportas mucha información y ayudas a normalizar algo que, en mi opinión, sigue siendo demasiado tabú.

    larpham · 25/02/2023 a las 11:33 am

    Así es, las fantasías siguen siendo un tabú: es algo que nunca contarías a tu familia, o incluso a la mayoría de tus amigos. Por eso es tan importante poder compartirlos con tu pareja, fabricando un espacio seguro donde poder comentarlas.

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