Una de las ideas más fáciles para acabar con la rutina es hacer uso de la vestimenta. El cómo nos vistamos transmite una comunicación a nuestra pareja, en la que le decimos qué esperamos, qué papel queremos tomar en la relacion ese día, qué tipo de sexo nos apetece, etc.
En una pareja estable se entremezclan varios sentimientos, que hacen que la relación se vuelva compleja (que alguien se atreva a decirme que no 🙂 ) y pueden volver «poco claras» las relaciones sexuales.
Bueno, vamos a afrontar el problema principal. Con el día a día (trabajo, problemas, etc) se pierde la novedad del sexo con nuestra pareja y caemos en la rutina. Hacemos siempre el amor en el mismo sitio, a la misma hora o siguiendo siempre los mismos pasos. Y así no tiene la misma gracia.
