Recetas – volviendo al coche

Hacer el amor en el coche es algo que a muchos nos recuerda a épocas más jóvenes, cuando ya podíamos llegar más lejos con nuestras novias y el coche era el sitio perfecto. Aparcar en un sitio alejado, oscuro (léase «picadero») era una clara indicación de que se iban a desatar nuestros instintos sexuales, y de que ambos conveníamos en ello.

Ahora queremos recordar estas épocas con una planeada tarde, convirtiéndola en una tórrida experiencia.

Primero: prepararlo

Esta actividad es una sorpresa a nuestra pareja, así que no le comentaremos nada.

• Vamos a elegir una tarde en la que vayamos a estar juntos, y que no necesitemos levantarnos pronto al día siguiente, pues pretendemos alargar la tarde hasta la noche. Estoy pensando en una tarde de viernes;
• Iremos preparando el ambiente a nuestra pareja a lo largo de la semana: comentaremos con él/ella lo que vamos a hacer esa tarde, y debería ser algo que requiera conducir cierta distancia: ir a una playa, al cine, lo que sea;
• Cuando llegue el día eligiremos una ropa atractiva, que permita ser apartada o abierta para acceder a las zonas sexuales. En chicas me imagino una falda y una parte de arriba que pueda bajarse fácilmente. En chicos es algo más difícil, quizás unos pantalones que se puedan bajar fácilmente y una camiseta (nada de camisas, los botones son una gaita);
• Esto está pensado para que nuestra pareja sea la que conduzca, ya que si no podemos tener un accidente. Así que tendremos que prepararlo para que sea así;
• Pensaremos en alguna zona oscura en el camino que nos valga para la última parte de la actividad (parte cuatro), que no nos interesa volvernos locos cuando tengamos toda la situación preparada;
• En el caso de emplear preservativos, incorporaremos un par a lo que nos llevemos, sutilmente. También kleenex o material similar, ya me entendéis.

Segundo: calentando el ambiente

Cuando nos ponemos en marcha en el coche, empezaremos a calentar a nuestra pareja:

• Le echamos unos cuantos cumplidos, preparando, y le comentamos lo excitados que nos encontramos. Si somos sutiles y tenemos un buen rato de coche podemos sacar el tema comentando un sueño húmedo, un libro erótico que nos ha afectado mucho o algo así;
• Le ponemos la mano en el muslo y se lo vamos acariciando, subiendo cada vez más;
• Podemos jugar con la tensión de que nos puedan ver los camioneros, retirando la mano o no;
• Cuando ya veamos que empieza a tener efecto nuestra estrategia, empezaremos a acariciarnos a nosotros mismos (mejor si ya hemos pasado por esta etapa, como comentamos en este post). En las chicas, podéis empezar por acariciaros los pechos, y comentar lo duros que tenéis los pezones. En los chicos es fácil, hay que marcar paquete y acariciarlo por encima del pantalón;
• Si la carretera es fácil y vuestra pareja mantiene bien el control podemos incluso ponerle una de sus manos en nuestra pierna, y ayudarle subiéndola;

Tenemos que tener en cuenta que queremos dejar algo para la vuelta, así que no podemos llegar demasiado lejos. Y siempre tener cuidado con no pasarnos y provocar un accidente.

Tercero: pasamos la tarde

Llegamos a nuestro destino y hacemos lo que sea que teníamos pensado, pero aprovechando para meterle contenido sexual. Vamos, yo estoy pensando en ir al cine, y aprovechar la oscuridad para acariciar a nuestra pareja, jugando con la tensión del lugar público. Para cualquier otra actividad, tendréis que ser imaginativos, pero siempre intentando mantener la tensión sexual pero sin llevarla a un nivel que no podamos controlar.

Cuarto: volvemos

En la vuelta en el coche subimos el tono:

• Antes de ponernos en marcha le besamos muy efusivamente, comiéndonos a nuestra pareja. Le comentamos lo excitados que estamos, que ya estamos goteando (válido para ambos sexos), y que en casa se va a enterar;
• Cuando nos ponemos en marcha volvemos a acariciarle, ahora más fuerte;
• Si volvemos de noche, tal y como sucede en mi maléfico plan, tendremos más «intimidad» en el coche y podremos ir más lejos, ya sea metiendo la mano por la falda o bajándole la cremallera;
• Pasamos a acariciarnos a nosotros mismos, pero ahora montamos todo un espectáculo erótico: gemimos y mostramos nuestros atributos. En las chicas nos sacamos los pechos y nos subimos la falda. En los chicos nos bajamos algo los pantalones. Y en ambos casos procedemos a masturbarnos de la forma más sexual posible, eso sí, sin acabar;
• Vamos diciéndole a nuestra pareja todo lo que le vamos a hacer cuando lleguemos, con la voz más erótica posible, perdiendo toda nuestra compostura;

Así que a medio camino le decimos a nuestra pareja que estamos demasiado excitados para esperar a llegar a casa, que busque una zona oscura para hacerlo salvajemente. Si no se le ocurre a él/ella, le sugerimos la zona que teníamos pensada, pero sin que se note mucho.

Quinto: a disfrutarlo

Bueno, aquí ya lo tenemos todo preparado. Llegamos a la zona oscura y allí damos rienda suelta a toda la tensión que hemos acumulado. Hemos disfrutado de una tarde erótica y una noche sexual. Misión cumplida!!!