Si un día nos apetece sexo directamente, en cuanto llegue nuestra pareja del trabajo, y sin esperar a irnos a la cama, entonces lo mejor es dejarle unas pistas que se lo dejen bien clarito y que le guíen hasta nosotros. En este post os proponemos dejar vuestra ropa tirada por la casa, desde la entrada hasta el dormitorio, como si os habéis ido desnudando. Y cuando vuestra pareja entre en casa se soprenderá con toda esta ropa, y según la siga entenderá qué ha pasado y qué se espera de él/ella. Así que sólo tenéis que esperar en el dormitorio, y disfrutar con su cara de excitación al entrar por la puerta.
Primero: la fecha
Lo de siempre: elegir un día que no estemos muy cansados y que tengamos algo de tiempo. Vamos, por no tener la presión de acabar rápidamente porque tenemos que hacer la comida del día siguiente o cualquier tontería semejante.
Y que nuestra pareja esté descansada. Podemos haber hablado con ella por teléfono, con lo que sabemos qué tal le ha ido el día.Aquí es donde entra nuestro conocimiento de nuestra pareja: por ejemplo podemos saber que ha tenido un mal día con su jefe, pero que por ello le va a encantar una buena sesión de sexo al llegar a casa, que le recuerde las cosas buenas de su vida. Por otro lado puede que haya tenido un día muy cansado, con lo que creas que no tendrá fuerzas o ganas para una sorpresa de este tipo.
Aprovechando la llamada también podemos preparar la sorpresa, comentándole que tenemos un día muy excitado, y que tenemos muchísimas ganas de hacerle de todo al llegar a casa. De esta forma entenderá más fácilmente la pista en cuanto entre (tú verás si lo necesita o no 🙂 ).
Segungo: preparar la sorpresa
En principio es muy sencillo: vamos dejando la ropa tirada por la casa, como si nos hubiéramos desnudado en el camino desde la entrada al dormitorio (o cualquier otro sitio). Así que cerca de la entrada se encontrará el abrigo, los zapatos, la chaqueta, los pantalones, y conforme se vaya acercando al dormitorio estará la ropa interior.
Podemos añadir alguna sorpresa más: podemos coger algún juguete que queramos usar y dejarlo a la vista, encima de la cama. De esta forma, cuando llegue a la habitación lo verá enseguida y entenderá nuestras intenciones. O incluso podemos dejarlo en el camino, con una nota que diga «tráetelo, lo vas a necesitar» o algo así. El caso es que por el camino nuestra pareja se excite al entender lo que le espera.
También podemos llevarle a otra habitación, en vez del dormitorio, y prepararle allí una sorpresa. Por ejemplo, un baño romántico como comentábamos el otro día.
Tercero: a disfrutar
La cara de nuestra pareja al entrar en la habitación va a ser todo un poema, sobre todo si hemos conseguido excitarla como creíamos. Si es así, ya estará lubricando a gusto, justo como queríamos. En vuestras manos queda usar una u otra técnica para disfrutar.
Eso sí, una buena idea puede ser preparar una cámara de vídeo grabando toda la escena, desde que él o ella entra por la puerta. De esta forma tendremos un recuerdo de esta actividad, y de esa cara de excitación al entrar, más todo el sexo posterior. Os lo recomiendo la primera vez que lo hagáis porque esta actividad sólo se puede hacer bien una vez: luego va perdiendo la sorpresa (aunque se puede repetir incluyendo alguna variante).
Ah, y no olvidéis preparar la pose para cuando entre. Otra buena idea es poneros alguna lencería provocativa, sobre todo si fue un regalo suyo. Como os he comentado, esta actividad sólo la váis a poder hacer así una vez, así que sacadle todo el partido posible, que sea un recuerdo inolvidable!
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