En esta esta entrada proponemos una idea para disfrutar sexualmente de una cena agradable en un restaurante. Mientras disfrutamos de la charla y la comida con nuestra pareja podemos mantener una excitante «charla» erótica con los pies debajo de la mesa. El estar en un lugar público y el riesgo de que nos pillen nos aportará una excitación adicional y una complicidad que reforzará nuestra vida sexual.
Primero: la preparación
La base es escoger un restaurante con manteles largos y poca luz. Si tiene apartados o paredes separadoras entre mesas, o es grande y no está lleno, mejor que mejor, pero no es necesario.
Para poder disfrutar a gusto escogeremos un calzado que podamos quitarnos fácilmente con el otro pie, y calcetines o medias finos. También deberíamos escoger un pantalón fino para él, y una falda no muy larga para ella, quizás con un tanga o nada debajo. O podemos ir al baño en el restaurante y quitarnos las bragas, y comentárselo al oído a nuestra pareja al volver, que le va a volver loco!
Segundo: a calentar el ambiente
Mientras disfrutamos de la cena podemos descalzarnos y poner nuestro pie en la entrepierna de nuestra pareja. El masajeo, añadido a la posible charla sexual y los comentarios sobre el sexo posterior, puede conseguir que nuestra pareja empiece a humedecerse y gotear antes de los postres. Para los aventureros, él incluso puede bajarse la bragueta y sacársela debajo del mantel.
Los fetichistas de los pies lo encontrarán aún más excitante. Eso sí, los varones tenemos que tener cuidado con relajarnos antes de levantarnos, no vayamos a montar un espectáculo con nuestra erección!
Tercero: a recoger el fruto
El objetivo es que al salir del restaurante estemos tan excitados que vayamos corriendo a nuestra casa a practicar sexo salvaje, o encontrar un sitio abandonado en el que parar el coche y pasarnos al asiento de atrás.
A partir de ahora ir de cena a un restaurante será una experiencia completamente erótica!
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