Recetas – álbum erótico

Como ya comentamos en el post sobre Grabarse en video, una de las posibilidades de las nuevas cámaras o móviles es hacernos fotos y mandárselas a nuestra pareja por sorpresa.

Una alternativa más profesional es pagar a un fotógrafo profesional para hacernos un álbum profesional. Eso es otro tema, hay que buscar uno en nuestra ciudad y hablarlo con él. Nosotros vamos a tratar aquí la versión casera. Así que vamos a hacernos unas cuantas fotos, aquí va la receta:

Lo primero: elegir el entorno

Hay que elegir el ambiente en el que vamos a hacernos las fotos, cuanto más eróticas o atractivas sean para nuestra pareja, mejor. Esto es algo que deberemos pensar con unos días de antelación, y buscar un día en el que nuestra pareja no vaya a volver pronto para hacernos las fotos (no queremos que nos fastidie la sorpresa).

Algunas posibilidades:

• El baño o la ducha, como ya comentamos en este post. Personalmente uno de mis favoritos: ponemos la cámara de fotos en automático en la repisa enfrente de la ducha (buena iluminación, por favor), y jugamos con el pelo mojado, la espuma tapando las zonas pudendas, el agacharse a coger el jabón… También podemos poner la cámara en el suelo, apuntando en ángulo hacia arriba, y dejarla haciendo fotos mientras nos secamos;

• Zonas públicas: el monte, nuestro trabajo, etc. Aquí lo que prima es el aspecto amateur y exhibicionista, que parezca que hay un gran riesgo de que nos pillen. Otra opción es imitar al voyeur: para mujeres hacernos fotos con la falda, levantada o en la escalera, para hombres hacernos fotos en el vestuario del gimnasio, etc;

• La cama o lecho matrimonial: jugar con las poses y la luz, con las sábanas tapando ciertas partes, y jugando a aparentar estar dormidos;

• Primeros planos de masturbación, o haciendo uso de juguetes eróticos. Los sitios que os propongo suelen tener bastantes de estas, así que ahí tenéis material para inspiraros;

• Otras ideas con algún fetichismo personal: primeros planos desde los pies, la boca y la lengua, lamiendo helados, atados, en el coche (recordando viejos tiempos de novios), etc.

Segundo: la sesión de fotos

Elegido el entorno, intentaremos buscar el mejor momento:

• Como hemos dicho, intentar hacerlo con tiempo y asegurándonos de que nuestra pareja no nos va pillar in fraganti;
• Buscar la máxima luz posible, o también una fuerte luz desde una dirección que haga fuertes contrastes;
• Hacer unas cuantas pruebas previas, con dos o tres fotos, para saber dónde poner la cámara;
• No emperrarnos en hacerlo en una única sesión: tenemos que disfrutar de este juego erótico y excitarnos con él, con exhibirnos para nuestra pareja. Así que podemos hacer una sesión, mirar el resultado tranquilamente en el ordenador, y otro día probar en otra localización;
• Poner la cámara digital en automático puede darnos fotos que no estábamos buscando pero pueden ser muy eróticas. Más vale hacer fotos de más y luego borrarlas;

Tercero: el envío

Una vez hechas las fotos, hacemos una selección de las que más nos gusten, y las preparamos para su envío (tamaño, recortarlas, etc), si es necesario.

Podemos enviarlas en un único documento, pero quizás la mejor idea sea ir enviándolas a su dirección de email poco a poco, dejándole entrever que le vamos a ir enviando fotos durante todo el día, y que así se prepare para cuando vuelva a casa.

Como ya hemos comentado en otro post, si enviamos estas fotos al email hay que avisarle en el título del tipo de contenido. También es recomendable recortar la cara de estas fotos, o emborronarla con un programa de edición de imagenes, por si acaso algún compañero de trabajo tiene acceso a la cuenta.

Otra opción, si nuestra pareja llega antes a casa, es imprimir las fotos y esconderlas por toda la casa. Le dejamos o enviamos una nota diciéndole cuántas fotos hay escondidas y sugiriendo que su «recompensa» dependerá de cuántas encuentre.

Cuarto: ahora es su turno

Después de disfrutar de esta recompensa (estos detalles os lo dejamos a vosotros), podemos comentar esta actividad con nuestra pareja, invitándole a devolvérnosla cuando le apetezca. No deberíamos presionarle a darnos una fecha, sino dejar en el aire que lo haga «cuando le apetezca» o «cuando sepa cómo lo quiere hacer». Hay que asegurarse de que no se sienta presionado/a, y de que se mantenga la sorpresa.

Una versión más experimentada es que nuestra pareja nos haga las fotos (o al revés). Aquí podemos dedicar más tiempo a los detalles como la luz, el movimiento, las poses, etc. Se pierde la sorpresa, pero es una actividad en común, por lo que puede ser una actividad más repetitiva que ha comenzado con la versión por sorpresa.

Pues a disfrutar del hobbie de la fotografía se ha dicho!!