Similar a la postura del perrito, esta postura le permite una posición nueva a él, que adelanta una pierna y la apoya en alto. Esto le permite una penetración desde más arriba, lo que facilita la estimulación del punto G. Podemos añadir algo de dominación a la postura si él la agarra del pelo, le da unos azotes o la sujeta en los hombros.
Categorías: Kamasutra
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