El otro día en este post comentábamos los primeros puntos de una lista de cosas sexuales que supuestamente deberíamos hacer antes de morirnos. Vamos a comentar algunos cuantos puntos más, a ver qué se nos ocurre por el camino.
En esta esta entrada proponemos una idea para disfrutar sexualmente de una cena agradable en un restaurante. Mientras disfrutamos de la charla y la comida con nuestra pareja podemos mantener una excitante «charla» erótica con los pies debajo de la mesa. El estar en un lugar público y el riesgo de que nos pillen nos aportará una excitación adicional y una complicidad que reforzará nuestra vida sexual.
Hacerlo al aire libre, con la brisa marina acariciándonos suavemente, el sol calentando nuestros cuerpos desnudos, la tensión de que alguien pueda pillarnos in-fraganti… la playa es un sitio estupendo.
Evidentemente también tiene sus partes negativas: la arena no es lo más cómodo del mundo, podemos quemarnos la piel en partes muy sensibles, hay mirones, etc. Así que hay que tener cierto cuidado.
Sin tener que ir a ver películas porno, el cine es un sitio público oscuro, donde nos sentamos cerca y todo el mundo está atento a otra cosa. Es perfecto!!!
Una de las ideas más fáciles para acabar con la rutina es hacer uso de la vestimenta. El cómo nos vistamos transmite una comunicación a nuestra pareja, en la que le decimos qué esperamos, qué papel queremos tomar en la relacion ese día, qué tipo de sexo nos apetece, etc.
Aprovechando las vacaciones he decidido ver la película «Cinco historias para ellas«, una película de Erika Lust de la que se ha hecho mucho marketing vendiéndola como abanderada del cine porno para mujeres. Este es un tema controvertido y muy interesante, ya que la industria del porno quiere conseguir llegar a esa mitad de la población que se le pierde.
Sexo para parejas - Cinco historias para ellas
Vamos a ser sinceros: a pesar de lo que nos muestren las películas, la cocina no es el mejor lugar para tener relaciones sexuales: es un lugar bastante público de la vivienda (con lo que pueden pillarnos in-fraganti), suele ser frío y húmedo (cerámica y encimeras), hay multitud de elementos cortantes…
Esta propuesta se basa en aprovechar una salida de compra de ropa y convertirla en una salida sexual.
Hacer el amor en el coche es algo que a muchos nos recuerda a épocas más jóvenes, cuando ya podíamos llegar más lejos con nuestras novias y el coche era el sitio perfecto. Aparcar en un sitio alejado, oscuro (léase «picadero») era una clara indicación de que se iban a desatar nuestros instintos sexuales, y de que ambos conveníamos en ello.
Ahora queremos recordar estas épocas con una planeada tarde, convirtiéndola en una tórrida experiencia.
