Todos hemos visto alguna escena erótica en la que una pareja juega con una vela, dejando caer gotas de cera caliente sobre el cuerpo desnudo de su pareja, acercándolas a las zonas más delicadas. Sí, es un poco doloroso, pero el truco está en mantener ese dolor en el límite de intensidad que nos provoca placer, y no ir más allá. Vamos a ver cómo sacarle el máximo partido a esta actividad un poco aventurera!
Evidentemente lo primero es hablarlo con tu pareja: Nadie responde bien a unas gotas de cera por sorpresa! (a menos que le vaya el bondage y se le espere, claro). La idea que hay que dejar clara en la conversación es que vamos a probar la actividad de forma gradual, subiendo la intensidad de la sensación para nunca sobrepasar el límite en el que aparece el dolor.
Una vez hablado, vamos paso a paso con la actividad:
Primero: introducción
Vamos a hacer unas pruebas introductorias para ver si nos atrae el tema o simplemente lo dejamos pasar. Para ello buscaremos una vela pequeña, de las de tarta de cumpleaños que tengamos en algún cajón, para hacer el siguiente experimento de prueba.
Encendemos la vela, la dejamos encendida un rato hasta que tengamos un hueco bajo la llama con cera líquida. Ahora probamos a echarnos una gota encima de los dorsos de las manos, a ver qué sensación nos produce:
- Si sentimos que la sensación es desagradable, podemos probar a echar gotas más pequeñas, que acumulan menos calor. Si aún así la sensación sigue siendo desagradable, casi mejor que lo dejes;
- Si la sensación es muy fuerte pero nos gusta, sabemos que somos de piel sensible y tendremos cuidado con el tamaño de las gotas y probablemente sea mejor usar velas de parafina, como comentamos más adelante.
En cualquier caso, si decidimos que puede interesarnos, vamos a seguir dejando caer gotas en las siguientes zonas, para ver cómo responden:
- La palma de la mano y las yemas de los dedos
- La cara interior de los antebrazos
- El culo
Las siguientes zonas son muy sensibles y las dejaremos para más adelante, y con el cuidado adecuado:
- El cuello
- Los pechos y, si todo va bien, los pezones
- La cara interior de los muslos y la parte baja del abdómen
Así, poco a poco, vamos probando cuál es nuestro límite y hasta dónde nos gusta. Otra cosa es que con el tiempo y la práctica este límite se expanda y cada vez nos guste más «duro», pero eso ya es cuestión de comunicación en pareja con el tiempo.
Segundo: empezando suavecito
Las velas normales pueden dar demasiado calor, así que siempre es mejor empezar con velas de parafina. Yo os recomendaría siempre usar este tipo de velas, a menos que os guste realmente la sensación de dolor y no os importe arriesgaros a tener algunas quemaduras. Las velas de parafina pueden comprarse en los sexshops, aunque pueden encontrarse muchas velas decorativas que también tienen una temperatura muy baja de fusión. En general las velas diseñadas para «gotear» son de este tipo, pero por si acaso os recomiendo hacer el experimento del primer punto antes de usar una vela nueva.
Otra recomendación es empezar usando velas con un vasito decorativo: dejarlas encendidas hasta que el vasito tenga una cierta cantidad de líquido, y echar la cera del vasito, no directamente de la vela. De esta forma el líquido se ha enfriado un poco, y con algo de práctica podremos saber cuándo es el momento en que nos gusta.
Además es interesante tener a mano algo para los «accidentes»: una toalla mojada en agua fría, una pomada refrescante o anti-quemaduras… por si acaso, que a todos nos puede temblar la mano.
Una forma muy interesante de empezar, que he encontrado en SexInfo, es la siguiente:
- Dejamos que la vela genere una buena cantidad de cera;
- Pasamos el dedo índice por el borde del cuenco, o donde la cera esté algo más fría, de forma que lo recubrimos de cera sin quemarnos;
- Ahora podemos meter el dedo protegido por cera fría en la cera líquida, de forma que tenemos un dedo con cera caliente;
- Si es necesario, esperamos a que se enfríe un poco;
- Ahora podemos «pintar» con el dedo el cuerpo de nuestra pareja.
Me parece una idea muy interesante para zonas sensibles (p.ej. pezones) o simplemente para empezar, ya que juntamos la sensación de calor con el tacto de ambos.
Tercero: subiendo la intensidad
Conforme vayamos cogiendo confianza, y si nos sigue excitando esta actividad (en general se pierde mucho erotismo al perder la novedad), podemos ir aplicando estas variaciones:
- Contraste frío/calor: Podemos tener cerca unos cubitos de hielo, e ir alternándolos con la cera. O después de dejar caer la cera, limpiarla y pasar la lengua por la zona enrojecida y sensible. Si además te has metido un cubito en la boca y tienes la lengua fría, es toda una sensación!;
- Combinarlo con una venda para los ojos: Aquí añadimos la sorpresa de cuándo cae la gota, y podemos hasta hacer «sufrir» a nuestra pareja retrasando el momento. También hay que decir que hay quien prefiere no ver la gota caer, porque así no acumulan tanta tensión preocupándose por el dolor;
- Jugar con la altura de caída: Con una vela larga podemos dejar caer la gota desde más arriba, convirtiéndola en una explosión en la piel. Además cuanto más distancia caiga, más se enfría;
- Jugar con el calor: Podemos usar velas de más calor, más cantidad de cera, dejarla caer directamente desde la vela o dejar caer las gotas justo encima de la piel, pero siempre con cuidado de ir gradualmente;
- Acercarse a las zonas más sensibles: Si ya estamos metidos en este tema y estamos seguros, podemos acercarnos a las zonas erógenas que hemos dicho antes: cuello, pezones, muslos… Eso sí, siempre poco a poco y nunca usando la cera en un orificio (la mucosa no es como la piel, es tejido vivo y duele mucho) ni en la cara (cuidado con las gotas que puedan salpicar a los ojos).
Así que en resumen esta es una actividad que inicialmente tiene mucho erotismo por la novedad y es muy divertida dos o tres veces. Además nos ayuda a tomarnos las cosas con calma y disfrutar más del sexo. Si con esto descubrimos que nos gusta especialmente, todavía mejor!!
Es algo muy fácil de practicar, y que tiene mucho recorrido con las variaciones que hemos comentado. Así que a probarlo y experimentar!
1 comentario
publicidad fuenlabrada · 27/01/2014 a las 4:45 pm
Lo de la cera debe doler, aunque sea momentáneamente.