Hoy os traemos un juego sexual basado en la competición en la pareja: se trata de ver quién es capaz de llevar antes al otro al orgasmo en intervalos de 30 segundos! Si crees que ese punto competitivo puede atraerle a tu pareja, tienes que probarlo! 
Este juego es una variante de un juego que posteamos hace un tiempo: contrarreloj. Tiene los mismos componentes, pero es más dinámico y juguetón!
Lo primero: hablarlo
Aunque tenemos la opción de sorprender a nuestra pareja con esta actividad, es recomendable comentarlo antes, porque puede ser que no le convenza o que necesite un tiempo para «asumirlo». Además puede interesarnos poner ciertas limitaciones o reglas, dependiendo de cómo sea nuestra relación de pareja.
Segundo: qué apostamos
Una competición no es nada si el ganador no se lleva algo o el perdedor tiene alguna «prenda»! Como siempre esto es algo que hay que acordar antes, porque si no vienen los malentendidos. Además podemos tener el problema de que nuestra pareja sea «mal ganador», con lo que quiera sacar más rentabilidad a su victoria de la que nosotros/as estamos cómodos, o «demasiado buen ganador», es decir que tampoco nos «presione» con la victoria. Así que mejor si acordamos qué se lleva el ganador del juego o qué tiene que hacer el perdedor.
Es decir, la «prenda» tiene que ser algo que «nos cueste» un poco, es decir que no sea algo habitual (p.ej. no tiene sentido que sea un beso en una relación estable), pero que tampoco se salga de nuestra zona de confort y nos obligue a hacer algo que no queremos. Puede ser algo que nos cueste un tiempo para prepararlo, algo que le encanta a nuestra pareja y a nosotros/as no nos importa, etc.
Tercero: el juego
Necesitamos un reloj o similar que pueda hacernos efecto de contrarreloj. Nos vale una app de móvil, evidentemente! Mejor si hace algún ruido al pasarse el tiempo. Lo más habitual sería usar un contador de tiempo de cocina, que hace un buen ruido!
El juego se divide en turnos de 30 segundos (podéis subir este intervalo si véis que es demasiado corto). Cada turno uno de nosotros toma la posición «activa» y el otro la posición «pasiva», y al siguiente turno nos cambiamos los papeles. Al comienzo del turno el activo tiene un tiempo corto (digamos diez segundos) para decirle al pasivo en qué posición tiene que colocarse. Una vez el pasivo se haya colocado en esa posición ya no puede hacer nada y comienzan a contar los 30 segundos. Bueno, puede gemir 😉
En estos 30 segundos el activo tiene que conseguir que el pasivo llegue al orgasmo. Si lo consigue, gana. Si no lo consigue el juego sigue, se cambia de turno y ahora le toca ser pasivo. Vamos, que tienes 30 segundos para sacar lo más excitante de tu repertorio!
Está claro que las ventajas del juego se basan en ciclos muy cortos, que lo hacen muy dinámico: probamos muchas cosas, estamos continuamente moviéndonos y probando lo primero que se nos ocurre. Si mantenéis el ambiente juguetón os lo pasaréis muy bien!!
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