Esta actividad sexual es todo un clásico: comportarte como el esclavo sexual de tu pareja! Tendrás que hacer lo que te ordene, y por lo tanto va a tener un toque de dominación. ¿Qué tipo de amo será tu pareja? ¿Te hará centrarte en su cuerpo y excitarle hasta el orgasmo? ¿O quizás prefiera tenerte haciendo un show? Descúbrelo y luego cambia los papeles!
Hace poco hablábamos de jugar a que estamos hipnotizados por nuestra pareja, y esta actividad comparte muchas características con ella: la base del juego es la dominación. En este caso uno de nosotros será el esclavo sexual del otro, y tendrá que obedecer lo que se le diga (hasta ciertos límites, como comentaremos más adelante).
Primero: hablarlo o sorprender
Así que sólo podremos plantearnos introducir el esclavo sexual sin hablarlo previamente si hemos hablado de probar juegos de este estilo, o hemos fantaseado con ellos, o incluso hemos probado algunos similares. De la misma forma que con el hipnotismo, si nunca hemos hablado de este tipo de actividades con nuestra pareja no podemos introducir el juego sin hablar antes de los juegos de dominación, y ver si nuestra pareja lo tiene en su zona de aprendizaje.
Y la clave para comentar estas actividades es la que comentamos en el post sobre el Bonding: el control del juego lo tiene siempre el dominado, porque es el que dice cuándo se detiene el juego.
Segundo: cómo introducir la actividad
El esclavo sexual puede ser una actividad muy divertida en sí misma, pero la forma más facil de introducirla es como una apuesta. Hemos hablado de varias actividades en las que una apuesta le da ese toque de presión que hacen que sean divertidas:
- Como castigo al perdedor: P.ej. en el juego de buscando entre la ropa, en la noche de fútbol
- Como actividad un poco más atrevida: P.ej. como un cupón sexual un poco más subido de tono
Por supuesto se pueden hacer muchas otras apuestas que no incluyan posiciones dominantes pero que sí impliquen una actitud asimétrica: p.ej. un striptease o un masaje erótico. Y si es una apuesta habrá que dejar claras las condiciones antes de saber el resultado: cuánto tiempo (una hora, una tarde?), límites, si tiene que llevar algún tipo de ropa especial (ver más abajo), etc.
Otra forma de introducir esta actividad es como parte de un juego de rol, en el que uno interpreta al esclavo sexual del otro, como por ejemplo en la receta de las termas romanas.
Tercero: la interpretación
El esclavo sexual no tiene que ser un juego de rol, y por lo tanto la única interpretación que es realmente necesaria es el hecho de que el esclavo obedezca las órdenes que reciba. Sin embargo la actividad es mucho más divertida si se le añade un toque de interpretación y attrezzo:
- Cómo llamar al dominante: El esclavo sexual debe usar siempre la coletilla «mi amo/a» (o «mi señor/a», «mi dueño/a»…). Si se olvida alguna vez, tendrá que pagar una penalización previamente acordada: p.ej. unos azotes, extender el tiempo durante el que tiene que hacer de esclavo, etc. Esto le dará un toque adicional de tensión a la interpretación.
- Si queremos aumentar esa tensión, de forma que la misma actividad se convierta en una competición de habilidad, podemos aumentar el número de reglas, convirtiéndolo en algo complicado de seguir. P.ej. el esclavo sexual tiene que llamar «mi amo/a» al dominante siempre, excepto en aquellas veces que sean múltiplos de tres, que tendrá que decir «mi señor/a», y los múltiplos de cinco, que tendrá que decir «mi dueño/a». Por supuesto, cada equivocación tiene una penalización;
- El atuendo: El esclavo sexual tiene que llevar un atuendo que lo diferencie de un día normal y le dé un toque erótico. Puede decidirlo el dominante, pero será más facil de interpretar si la ropa es una en concreto. Es decir, podemos limitarlo a una ropa interior bien sexy, pero será mucho más interesante si es un conjunto de cuero o una malla;
- Los complementos: El tema del esclavo sexual puede usar muchos complementos: un collar, unas esposas, unas pinzas para los pezones… Cualquier detalle que aumente la estética de esclavo nos vale, y hay muchos complementos que se emplean en el Bondage que podemos utilizar sólo como decoración, sin tener que utilizarlos para maniatar o encadenar. Un ejemplo claro son las cadenitas: decoran y nos aportan ambiente, pero realmente no las empleamos para atarnos;
- Disfraz de algún personaje en situación de esclavo sexual: Podemos combinar el esclavo sexual con un verdadero juego de rol con un disfraz de un personaje. P.ej. el disfraz de la princesa Leia como esclava para ellas, o el de gladiador romano para ellos;
Cuarto: los límites
El juego del esclavo funciona muy bien siempre que las órdenes no se salgan de la zona de confort o de aprendizaje, es decir, que no le pidamos a nuestra pareja nada que no quiera probar. Así que si somos el dominante tenemos que tener cuidado y pensar lo que ordenamos. El problema viene si pedimos algo que nuestra pareja no quiere hacer (p.ej. hemos hablado varias veces del sexo anal, nuestra pareja no quiere probarlo de ninguna manera y en este juego le ordenamos practicarlo), porque se pierde la confianza. Como ya hemos comentado antes, la base de este tipo de juegos es la confianza en nuestra pareja, en saber que sólo va a pedirnos algo que cree que nos va a dar placer, y este tipo de situaciones rompe esa confianza.
Por ello siempre es importante que el esclavo sexual tenga una forma de negarse a obedecer una orden, y de saber que puede hacerlo sin romper el juego. Básicamente es una forma de decir «hoy no» o «por ahí no vayas» sin romper el ambiente lúdico. Por ejemplo: Ante una orden que no le gusta, el esclavo puede decir algo como «no puedo hacerlo, mi señor/a, pero si quiere le hago …» . Es decir, nuestra pareja nos deja saber que no está dispuesta a probar lo que hemos pedido, pero nos dice lo que sí está dispuesta a probar. Con esto nos evitaremos posibles malentendidos y discusiones tontas, y seguiremos probando cosas nuevas.
Por otro lado esta actividad es interesante porque le da libertad al dominante para pedir lo que desea en ese momento. Con esto le da la posibilidad de concentrarse en su propia sexualidad, en sus deseos y sensaciones personales, e innovar buscando nuevas sensaciones.
Quinto: combinarlo con otras actividades
Como ya hemos comentado el esclavo sexual es una actividad muy combinable, ya sea como apuesta o juego de rol. Pero si ya hemos jugado al esclavo sexual unas cuantas veces puede perder su gracia, y entonces podemos pasar a introducir otras actividades como órdenes. Algunos ejemplos:
- Pedirle a tu pareja que salga sin ropa interior y haga exhibicionismo
- Que te haga un pase de modelos bien preparado
- Que prepare una habitación del sexo
Si llevamos bien el tema del esclavo sexual puede convertirse en una actividad casi constante, en la que nos iremos turnando como dominantes y esclavos, de forma que siempre iremos avanzando en nuestra sexualidad y disfrutando al máximo con ella. Y por supuesto una de los grandes placeres de la vida es ver y sentir cómo nuestra pareja llega a un intenso orgasmo!
3 comentarios
Cháchara - Encuesta: En tu pareja, ¿hay un dominante y un sumiso/a? ¿O no? - Sexo para parejas · 01/07/2016 a las 3:23 pm
[…] claro que los juegos de dominación son un gran aliciente en la vida sexual, pero para disfrutarlos adecuadamente necesitamos tener […]
Ideas - a su disposición - Sexo para parejas · 01/12/2019 a las 11:03 am
[…] idea es similar a la de ser su esclavo/a sexual, pero tiene menos componente de dominación. La idea es bien sencilla: cuando tu pareja llega a […]
Ideas - strip chess, strip oca, strip parchís - Sexo para parejas · 04/08/2023 a las 8:04 am
[…] ¿Queréis todavía más tensión? Apostáis algo sexual para el vencedor. P.ej. un día con esclavo sexual. […]