Una dominatrix es una mujer que se dedica profesionalmente a la dominación sexual: controlan la situación totalmente, y a menudo el contacto sexual con sus clientes es mínimo, hasta el punto de que no hay penetración. Si a tu pareja le va ser dominado/a, ¿por qué no interpretas un papel así?
La gente sumisa disfruta siendo dominada, e incluso humillada. Pero estas actitudes a veces son difíciles de llevar a cabo en la pareja, donde el cariño y los años de convivencia se interponen en el juego. Y especialmente se puede hacer difícil para el que tiene que asumir el papel dominante cuando no lo ha hecho nunca. Hace poco hemos tenido una pregunta que iba en este sentido.
Además hay que indicar que suele ser más difícil para ellas, porque culturalmente se espera que el varón sea dominante y haga lo que desea con la mujer. Así que por eso en esta idea nos centramos en dar el papel dominante a ellas. Para ello os proponemos superar estos inconvenientes añadiendo un toque de roleplaying. Se trata de que ella interprete el papel de una dominatrix para poder liberar su parte más dominante.
Obviamente esta actividad es interesante si él quiere probar a ser dominado. Y por supuesto esta actividad sexual sólo puede intentarse si tenemos muy claro que a nuestra pareja le va a atraer. Esto implica que hay que tenerlo muy claro si vamos a hacerlo por sorpresa, así que os recomendamos que lo habléis antes con vuestra pareja.
Primero: el attrezzo
Hay que buscar una estética de dominatrix, y para ello lo mejor es buscar ejemplos y ver qué nos gusta. Los clásicos son:
- Ropa ceñida negra, o en su defecto lencería negra
- Metal: cinchas, cinturones, cadenas, etc
- Fusta o látigo
- Esposas
- Gorra estilo militar
- Botas altas de tacón negras
Esto es el clásico, pero tenéis que hacer vuestra propia versión. Lo más fácil es buscar algún vestido negro de cuero o plástico que nos quede bien, y complementarlo con cualquier cosa que encaje: un cinturón ancho de cuero negro, botas, algún complemento con tachuelas, etc. Vamos, que para hacer la prueba no es necesario comprarse nada. Sólo hay que tener claro que el objetivo es tener una estética que transmita seguridad y dominación.
Para ayudaros a interpretar un personaje al que no estáis acostumbrados, os recomendamos poneros un antifaz o una máscara. Esto os ayuda a dejar de ser vuestro «yo habitual» y dejar salir a la parte más dominante que tenéis dentro. Para ello os recomendamos que os probéis la máscara antes de la sesión de dominación: os la ponéis y os miráis en un espejo. La clave está en daros cuenta de la sensación que transmitís, de sentiros cómodos con el papel, y así tener la seguridad necesaria.
Y por supuesto, lo más sexy posible. Sácale todo el partido a lo que más le atraiga a tu pareja de tu cuerpo, sin enseñarlo todo pero sin miedo a tener tu cuerpo a la vista. Si él se vuelve loco por tus pechos, asegúrate de mostrar un buen escote, o incluso llevarlos a la vista con unos cubrepezones.
Segundo: pensar los límites
Ahora que ya tenemos la estética tenemos que pensar el comportamiento, es decir, qué tipo de dominatrix vamos a ser. Esto tiene que venir dado por lo que él quiera como dominación: como hemos comentado hay gente con diferentes gustos, y que se excitan por diferentes tipos de dominación. Los clásicos serían:
- Azotes: golpes con la fusta, en distintos sitios del cuerpo. Incluso en el pene
- Recibir órdenes: decirle cuándo puede excitarse y cómo debe masturbarse, cuándo debe parar y no dejarle eyacular
- Humillación: insultarle, decirle que te lama los pies, ordenarle que ande como un perro, etc
- Controlar: atar a tu pareja
Es importante tener claras las líneas rojas de la dominación: lo que nuestra pareja no va a aceptar de ninguna manera. Y, por si acaso, tener una palabra clave que el sumiso puede emplear para detener el juego inmediatamente, sin discusión.
Tercero: a interpretar!
Ahora ya toca interpretar el papel de la dominatrix, y aquí la clave es siempre el control: da igual lo que pase, la dominatrix siempre tiene el control. Es decir, se hace lo que ella quiere, y si él hace algo que ella no ha dicho, es el momento de un golpe (suave pero firme) con la fusta o similar. El tono nunca es de pregunta, sino siempre de orden.
Si os cuesta interpretar al personaje intentad pensar lo siguiente:
- Durante el “juego” considera a tu pareja como tu esclavo sexual: está ahí para servirte
- Dale prioridad a lo que te apetece: Si te apetece follártelo como una loca, lo haces! Pero si crees que te a gustar más si él está atado a la cama, pues aún mejor!
Lo más difícil puede ser mantener el control durante la fase final del sexo, cuando la excitación es máxima y nos puede resultar más sencillo volver a la forma de actuar normal. Para que no pase lo importante es mantenerse siempre dentro del personaje, y si no apetece un tipo de sexo no relacionado con la dominación (p.ej. más cariñoso), pensar en que lo dejamos para la siguiente ocasión.
Además hay que tener en cuenta que la dominación no implica una actitud más pasiva o activa. Por ejemplo podemos orientar la masturbación de nuestra pareja de varias formas:
- Pasiva: la dominatrix se sienta en un sofá y le ordena que se masturbe de rodillas delante suyo
- Activa: la dominatrix le ordena que se apoye contra un espejo y le masturba a él desde detrás
Luego vemos que la dominación es una característica independiente que podemos incluir en el sexo de diversas maneras, y tendremos que escoger aquella con la que nos sintamos más cómodos ambos.
Cuarto: hablarlo y decidir si seguir con ello
Una vez acabemos con la sesión de sexo es importante quitarnos todo el «disfraz» de dominatrix antes de volver a ser «nosotros mismos». De esta forma no se mezclan los personajes y podemos volver a usar el rol de dominatrix cuando queramos.
Y siempre es interesante hablar con nuestra pareja para confirmar que ha disfrutado con la dominación, y tener una idea clara de qué le ha gustado más y qué hubiese preferido de otra manera. Porque hay que tener claro que la dominatrix, al tener todo el control de la relación sexual, pasa a tener toda la responsabilidad de la misma. El papel de sumiso es mucho más sencillo al respecto.
En cualquier caso hay que decidir si queremos seguir con este tipo de actividades en pareja. Para ello los dos tenemos que sentirnos cómodos con nuestros papeles, y esto puede no ser verdad tanto en el sumiso como en la dominatrix. Y si es así podemos plantearnos añadir más elementos de dominación a los juegos.
2 comentarios
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