Esta es una idea muy sencilla: se trata de conseguir que tu pareja te pida sexo, que suplique! A todos nos gusta que nos pidan sexo directamente, que nos dejen claro lo mucho que excitamos a nuestra pareja. Pues ahora vamos a buscar que lo diga!
Hay pocas cosas más excitantes que nuestra pareja nos pida algo sexual, que casi suplique por ello debido a la pasión! Es uno de los componentes de la mayor parte de las fantasías: el exceso de deseo que nos domina a nosotros y a nuestra pareja, a querer sexo por encima de todo.
Vamos a empezar probando a ver cómo responde nuestra pareja y luego ya lo incorporamos de forma habitual:
Excitar y parar
El sistema para comenzar con este juego es empezar excitando todo lo que podamos a nuestra pareja. Aquí emplearemos todos los trucos que tengamos a mano, pero siempre buscando conseguir una excitación lenta y a largo plazo, no una excitación rápida que nos lleve al orgasmo. Y en todo este proceso nosotros llevaremos la voz cantante, que se relaje y se deje hacer.
Cuando nuestra pareja esté totalmente excitada empezamos con la penetración poco a poco, y de repente paramos. Cuando nuestra pareja nos mire sorprendido/a o nos pregunte qué pasa y por qué no seguimos, le preguntaremos: «¿qué quieres que te haga?».
Ante su respuesta podemos forzar la situación algo más, dependiendo de si vemos que le gusta el jueguecito o no. Por ejemplo,
- Si nos responde «quiero que me folles» con una sonrisa, podemos hacer un par de penetraciones más y volver a parar. Ahora le preguntamos «¿y cómo quieres que te folle?».
- Si queremos añadir un toque de dominación podemos no movernos y decirle que tiene que suplicarlo para que sigamos.
- Otra forma de dominación: dile lo que quieres que diga. Que repita tus palabras!
De esta forma conseguimos varias cosas: Por un lado añadimos una estupenda sorpresa al sexo con nuestra pareja. Por otro lado alargamos la relación sexual, consiguiendo disfrutar más del sexo. Además podemos añadir un toque de dominación, de forma que tomamos el control al exigirle que suplique. Y por supuesto podemos combinarlo con un poco de lenguaje obsceno (p.ej. «di que estás excitada como una perra») o susurrar las órdenes al oído.
Por supuesto también puede hacerse con otro tipo de sexo, siempre y cuando lleve a mucha excitación. Por ejemplo tener a tu pareja a punto del orgasmo en el sexo oral y parar. Así que os recomendamos probarlo con lo que más le excite a tu pareja.
Convertirlo en un juego
Cuando ya hemos probado esta idea, ahora podemos cambiar las tornas y convertirlo en un juego. El que haya tenido que suplicar la primera vez tiene que conseguir «devolver la pelota»: conseguir que el otro suplique. Frases como «¿te acuerdas de lo que me hiciste el otro día? ¿cuando te tuve que pedir que me follaras? Pues ahora es tu turno» nos ayudarán a excitar muchísimo a nuestra pareja.
Una ventaja añadida de este juego es que nos facilita mucho la comunicación, especialmente si nos acostumbramos a añadir a la súplica qué queremos que nos hagan: «quiero que me pongas contra la pared y me lo hagas con todas tus fuerzas», «necesito correrme en tu boca», etc. De esta forma estamos pidiendo un tipo de sexo en concreto, diciendo que es lo que más nos excita en este momento, y por lo tanto mejorando el sexo.
Ni que decir tiene que este juego se puede incorporar fácilmente a cualquier tipo de dominación que practiquemos. Las posibilidades son infinitas…
Utilizarlo para excitar
Podemos utilizar esta misma idea de la súplica al revés: cuando queramos excitar a nuestra pareja rápidamente y sorprenderla podemos suplicarle el sexo directamente. Por ejemplo tu pareja llega a casa del trabajo, te acercas a él/ella tranquilamente y le susurras al oído «quiero que comas hasta que grite de placer» o algo similar. Muy mal tiene que estar la cosa para que no consigas una excitación de campeonato!
Y por supuesto en estos casos dale un toque de interpretación: que parezca que estás enormemente excitado/a, totalmente salido/a. Que se te note el deseo en la voz, jadea un poco… lo que suelas hacer cuando estás muy caliente.
Otra forma de utilizarlo: si te grabas en vídeo para excitar a tu pareja, diciéndole lo que quieres que te haga mientras te masturbas. ¿A qué funcionaría?
Con un truco tan sencillo como éste podemos subir el tono sexual de nuestras relaciones durante una buena temporada. ¿Qué vas a suplicar tú?
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