Generales – texturas en el sexo

En «El lado bueno de la sexualidad» encontramos un post sobre las texturas en el sexo: cómo usarlas en el sexo, cómo cada textura tiene su significado y provoca una sensación distinta, y cómo podemos buscar incluirlas en nuestra vida sexual. Vamos a repasar aquí las posibilidades sexuales de cada una de las texturas.

Las texturas son una forma muy fácil de traer nuevas sensaciones a la relación sexual, y podemos combinarlas con casi cualquier actividad sexual. Sobre todo, os recomendamos probar distintas texturas con los ojos vendados, cuando nuestro tacto estará más sensible.

Cada textura y material tiene un significado, así que elegirla significa comunicar algo a nuestra pareja: el cuero es agresivo, la seda suave, etc. Además a esto hay que añadirle el significado del color: el rojo es pasional, pero si es oscuro tiene un toque de dominación, etc. Una masturbación con unos guantes de seda negros se convierte en una sensación distinta tanto por la textura como por la estética.

Tenemos las texturas suaves, el satén o la seda, que como nos dicen en el post de referencia no nos valdrá para hacer bondage. Sin embargo sí nos vale para hacer tiras que simulen atarnos, aunque si tiramos fuerte se suelten.

Para lo que valen estas telas es para acariciar zonas sensibles: el pene, los testículos, el ano, el clítoris… Podemos poner un trozo de tela encima de los dedos y acariciar así las zonas (poniendo lubricante si es necesario), o podemos coger una tira larga y hacerla pasar por entre las piernas, o anudar el pene… Las cuerdas que se venden en los sexshops están hechas de material suave que no quema la piel, y la lencería a menudo imita estas texturas suaves.

El cuero nos habla de dominación, y por eso se emplea en el sadomasoquismo. Igual que cuando hablábamos de la fusta, os recomendamos usarlo como símbolo (a menos que os guste mezclar sexo y dolor, claro está). Así podemos emplear el cuero para vestirnos y convertirnos en una figura dominante, o un pequeño látigo para acariciar a la vez que dominamos. Podemos incluso azotar suavemente a nuestra pareja, sin llegar a provocar dolor, pero dejando patente la dominación.

El latex es tan peculiar que tiene su propio fetichismo. En los sexshops se pueden encontrar infinidad de objetos de este material, destinados a convertir el cuerpo en una superficie lisa y brillante, sin arrugas ni imperfecciones. Su lisa textura lo convierte en resabaladizo ante la más mínima lubricación, por lo que también se emplea en juguetes eróticos.

Gasas y transparencias: Ya hemos hablado de lo que la vestimenta puede transmitir, y unas transparencias bien colocadas pueden ser enormemente eróticas, mucho más que un cuerpo desnudo. Como las sedas, pueden también emplearse para acariciar si están correctamente lubricadas, así que tenemos ya dos funciones.

Además podemos añadir todos los juegos de texturas que ya hemos comentado: el pincel rozando los pezones, los cuerpos enjabonados en la ducha…

Las texturas son en sí mismo un elemento a tener en cuentay buscar activamente. Tenemos que estar atentos y mirar cada objeto con otros ojos, para ver si puede provocarnos una sensación nueva en nuestra relación.

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