Generales – poniendo a prueba los pezones

Aquí os traemos un maravilloso ejercicio, propuesto por Dr Zed, que consiste en una estimulación extrema de los pezones, a la vez que contraemos el músculo pubococcígeo. El resultado es una nueva sensación que inunda todo el cuerpo y tiene la propiedad de librarnos de todo el estrés. ¿Interesada? ¿Te hemos picado la curiosidad? Pues sigue leyendo y prueba…

Esta actividad en solitario, que podéis encontrar en el inglés original en el Tumblr de Sweet Surrenders, busca sentir una nueva experiencia corporal, llevando los pezones a su límite de estimulación y evitando toda estimulación en los genitales. Si sabes que a tus pezones les gusta la marcha y les va un poco de estimulación fuerte, o sospechas que es así, te recomiendo probarla.

Ojo, aunque el acercarse al límite del dolor parezca masoquismo, se trata precísamente de eso: acercarse al dolor un poco, para sobrecargar los receptores de estímulos, pero sin llegar a sentir dolor real. Por eso no veo que sea una actividad que se pueda hacer fácilmente en pareja, es mejor sentir el límite tú mismo/a. Asimismo es una actividad principalmente dirigida a mujeres, pero tiene un efecto muy real en hombres con los pezones sensibles (doy fé 😉 ). Vamos a verlo paso a paso:

• Llena tus pulmones de aire
• Coge cada uno de tus pezones entre el pulgar y el índice, apriétalos y retuércelos un poco

• Contrae tu músculo pubococcígeo. Si no sabes cómo hacerlo, deberías leerte los artículos que hemos escrito para que aprendas a identificarlo. Básicamente es el músculo que usas para parar de orinar
• Cierra los ojos y empieza a tirar de tus pezones, estirándolos. Éste es el punto clave: no hay que estirar tanto como para que el dolor sea molesto, sino sólo llegar a ese punto donde podemos soportar el dolor. Es muy fácil controlarlo, entre lo que aprietas el pezón y lo que tiras de él
• Cuando hayas llegado a ese punto, mantenlo un momento mientras sigues teniendo el pubococcígeo en tensión
• Ahora suelta los pezones de golpe y relaja todo tu cuerpo a la vez

Y ahora viene la sensación de liberación, una oleada de relajación que te inunda. Los pezones se quejan del trato recibido y los genitales empiezan a humedecerse… Tu cuerpo ha estado sometido a una gran estimulación y pide más, a la vez que se va relajando muscularmente pero excitando sexualmente. Una mezcla enormemente peculiar!

Si te ha gustado y has sentido las oleadas de sensaciones que hemos comentado podemos pasar al siguiente peldaño: Se trata de repetir el proceso completo unas siete veces (más o menos, dependiendo de lo sensibles que tengas los pezones). Pero con una variación: En la última de las repeticiones (cuando ya no puedas más), pasamos a estimular los genitales indirectamente:

• Para ellas: Ponemos la palma de la mano encima del monte de Venus y el clítoris, y apretamos contra el hueso púbico. Vamos, que ponemos la mano encima del clítoris y los labios, apretando de forma fuerte y constante contra el hueso que está debajo;
• Para ellos: Ponemos una mano en forma de puño entre nuestras piernas y apretamos el perineo, es decir, la zona entre el ano y los testículos;

En ambos casos contraemos el pubococcígeo y apretamos los músculos de las nalgas. La sensación debería ser la misma que con la primera repetición, pero muchísimo más intensa: los músculos del pubococcígeo contrayéndose, la excitación de los genitales y los pezones, la tensión acumulada… y si todo ha ido bien llegaremos al orgasmo:

Pruébalo a ver qué sientes, disfruta de las sensaciones que te da tu cuerpo, y si te ha gustado cuéntaselo al Dr Zed en looking4trouble4u @ yahoo dot cum.  Ah, y cuéntanoslo también a nosotros!