Ya hemos hablado anteriormente de lo eróticos que pueden ser unos azotes. En medio de la pasión nuestro cuerpo pide más, estímulos más fuertes… y algunos golpes ligeros pueden hacer que nuestra piel se encienda y nos haga sentir mucho más. Pero no sólo el trasero es una zona habitual para esta práctica: los pechos son mucho más resistentes de lo que se piensa, y pueden darte todo ese placer!
Los azotes y golpes ligeros tienen una componente erótica muy fuerte, principalmente debido a la dominación que expresan. También aumentan el riego sanguíneo a la zona en cuestión, volviéndola más sensible, y además nos suben la adrenalina, haciendo que sintamos todo más intensamente.
Y por supuesto está el sado-masoquismo: el disfrute con el dolor. Nosotros aquí no vamos a llegar a ese nivel: nos vamos a referir a golpes ligeros, que pueden llegar al límite con el dolor pero sin superarlo.
Los pechos femeninos no suelen ser el primer sitio que se nos ocurre para probar los azotes. El trasero es mucho más obvio, claro. Pero ya hemos comentado en otro post que los pechos son capaces de soportar mucho más de lo que parece, hasta el punto de sorprendernos.
Cómo empezar
Lo primero, como en cualquier actividad que contenga el más mínimo toque de agresividad, es hablarlo con nuestra pareja. Esto no es algo que podamos probar por sorpresa! Si no tenemos claro si puede gustarnos o no siempre podemos ver alguna película o escena en la que se golpeen los pechos, y ver si nos excita. Si es así podemos pasar a intentarlo.
Como siempre comentamos en este tipo de actividades, hay que poner una palabra clave que detenga el juego. Es más, os recomendamos tener varias: una que quiera decir “déjalo YA, quiero parar y dejarlo”, otra que quiera decir “para un poco, déjame descansar”, otra que quiera decir “baja un poco el ritmo, menos fuerte”… Podemos hacer tantas como queramos, pero como mínimo tenemos que tener la de parar totalmente.
Y por supuesto tenemos que probarlo poco a poco: Aunque nunca vayamos a golpear fuertemente es mejor empezar por golpes suaves, e ir subiendo de intensidad. De esta forma podemos ir aprendiendo cómo hacer los golpes para que produzcan el máximo placer.
La sensibilidad de los pechos
Tenemos que estar muy atentos a las fechas! La resistencia al dolor de los pechos femeninos puede ser muy variable, en general en relación con la menstruación. Hay que estar atentos durante las pruebas y relacionarlo con la fecha del periodo más cercano.
En general la semana anterior al periodo los pechos y pezones están demasiado sensibles e incluso pueden doler fácilmente. La mejor época para probarlo es justo después del periodo, hasta que pasen unas dos semanas. Algunas mujeres tienen momentos álgidos en los que son mucho más resistentes a los golpes y se excitan mucho más por ellos, habitualmente justo al final de esas dos semanas (en medio del ciclo)
El nivel máximo que se puede usar depende de cada mujer: Hay mujeres con más resistencia al dolor, o con pechos menos sensibles. En general influye el tamaño del pecho: pechos muy pequeños tienen poca grasa y duelen algo más. También pueden existir problemas de salud que conviertan los pechos en algo muy doloroso, como por ejemplo los pechos poliquísticos.
Un punto especial son los pezones: aunque la sensibilidad de los pezones y los pechos suele estar relacionada, puede darse el caso de que los pezones sean mucho más sensibles que el resto del pecho. En estos casos evitaremos dar el golpe en las cercanías del pezón. Si quieres saber cómo de sensibles son los pezones, tenemos un ejercicio especial para ellos.
Cómo dar los golpes
En general el golpe se da con los dedos de la mano, dejándolos sueltos para suavizar el impacto. Realmente lo único que queremos es un golpe flexible, que suene e impresione pero que no cause dolor. Si nos va algo más duro podemos dar con más fuerza o con la palma. Y si todavía necesitamos más podemos probar otras texturas (las rugosidades le dan un toque “peculiar” al golpe) con objetos: puedes usar tablas, libros, etc. Los hay en juguetes eróticos, por supuesto, y una variante especial es el golpe con la fusta.
El golpe tiene que darse siempre de arriba hacia abajo. Como en el caso de los azotes en el trasero podemos deleitarnos con la expectación del golpe: acariciamos y magreamos el pecho, de forma que nuestra pareja no sepa cuándo va a venir, y así la pillamos por sorpresa.
Otro punto importante es que tenemos que permitir que los pechos se muevan libremente frente al golpe. Si les limitamos el movimiento, ya sea agarrándoles fuertemente o atándolos, los tejidos internos del pecho no pueden desplazarse y reciben todo el impacto, pudiendo producirse daños internos. Así que nunca golpearemos un pecho atado.
Como siempre recomendamos las uñas tienen que estar perfectamente cuidadas, sin ser demasiado largas ni tener algún tipo de esquina que pueda cortar o arañar. Ésta es la forma más fácil de fastidiar una sesión de sexo estupenda.
También es interesante tener un cierto ritmo, que irá variando con la excitación. Al principio empezaremos con más caricias y algún golpe ocasional, e iremos aumentando el número de golpes y su ritmo según vaya subiendo la excitación (y por lo tanto la resistencia). Es muy importante la comunicación: es ella quien tiene que pedir más o pedirle que baje el ritmo.
Para que los golpes sean eróticos ella tiene que estar excitada (a menos que nos excite la violencia). Por ello tendremos que haber pasado por unos previos, o estar ya en la fase de penetración. Hay ciertas posturas que facilitan el golpear los pechos, como por ejemplo él tumbado boca arriba y ella sentada sobre él.
Torturar los pechos
Un paso más agresivo es la tortura de los pechos: causar dolor en los pechos de varias formas, y por lo tanto pertenece al ámbito del BDSM. Aunque no es el objetivo de esta entrada vamos a comentar los niveles de agresividad que pueden incluirse dentro del espectro más genérico de este tipo de actividades:
- Suaves
- Las pinzas para los pezones
- Golpes en los pechos con la mano o elementos suaves, que sólo conllevan una abrasión de la piel. Éste es el nivel de esta entrada
- Mordiscos o arañazos
- Bondage ligero: de carácter estético
- Vendaje al tórax
- Juegos con cera caliente
- Medios
- Flagelación: Golpes con látigos, fustas
- Bondage medio
- El caning: Golpes con cañas, que incluso pueden provocar pequeñas laceraciones
- Agresivas:
- Bondage severo: se complica la circulación y los pechos ya se ponen morados
- La suspensión desde los pezones
- Los piercings
- Cortes
- Electricidad
Los niveles medio y agresivo deben realizarse con cuidado y conocimiento, entendiendo cuáles pueden ser las consecuencias de un exceso de la actividad, de forma que podamos identificar fácilmente cuándo nos hemos pasado y qué debemos hacer para minimizar el daño.
Consecuencias
Los niveles suaves de golpes al pecho no tienen ninguna consecuencia permanente si se tienen en cuenta las consideraciones anteriores. Los golpes pueden producir alguna abrasión de la piel, que puede quedar enrojecida, y en algunos casos puede aparecer un bulto que irá desapareciendo en unos días. Este tipo de bultos ha creado el mito de que los golpes en los pechos pueden producir cáncer de mama, y es absolutamente falso.
Así que no hay ninguna razón por la que no puedas probarlo, al menos suavemente, y ver si es atractivo y excitante. ¿Te atreves?
2 comentarios
Anónimo · 26/08/2014 a las 12:07 pm
Hola
Ideas – romperle la ropa! | Sexo para parejas · 23/05/2015 a las 10:08 pm
[…] sexo duro tiene muchas variantes: agarrar del pelo, golpes en varias partes del cuerpo, lenguaje obsceno, etc. Pero hay una forma muy fácil de darle un toque duro al sexo que nos […]