Varias décadas después de la llamada liberación sexual se ha hablado mucho del orgasmo femenino, de sus etapas y diferencias. Pero el orgasmo masculino ha quedado siempre en segundo plano, como algo simple y directo, una descarga de líquidos y placer puntual que deja al hombre totalmente satisfecho. Pero nada mas lejos de la realidad: que un hombre eyacule no significa que haya disfrutado, e incluso puede haber eyaculaciones que dejan una sensación desagradable. La realidad del orgasmo masculino es que es tan complejo como el orgasmo femenino, y a menudo no se le presta la atención adecuada, ni siquiera por su propio «dueño»!
En megaupload tenéis este documental sobre el orgasmo masculino. Son 48 minutos, pero es interesante porque varios hombres cuentan sus peripecias intentando controlar sus orgasmos, y donde hacen mención a los músculos del perineo que hemos comentado en otros posts (1, 2 y 3).
También es interesante la mención a los eyaculadores precoces, aquellos varones que tardan un par de minutos en eyacular pero no disfrutan con esos orgasmos. Son orgasmos físicos, por así decirlo, pero no mentales. Y además habitualmente sufren el desprecio social y del sexo opuesto, que se siente rechazado. Vamos, todo un problema a largo plazo y a varios niveles.
También tratan el tema de la «eficacia»: la presión instintiva que sufre el hombre por conseguir que su pareja sienta un enorme placer. Y se habla de un «culto a la eficacia»: poner el orgasmo de nuestra pareja por delante del nuestro. Así aparece el orgasmo insatisfactorio: hay eyaculación pero no placer real.
El varón aprende con los años (o, al menos lo intenta) cómo controlar sus orgasmos, y sin duda la responsabilidad de sus orgasmos y su placer es suya. Eso sí, su pareja puede ayudarle en este proceso, y uno de los hombres del documental sugiere a las mujeres que reconsideren a su pareja. Algunas claves:
- No reducir el hombre al pene: La zona del perineo, los pezones, el cuello, el culo… Los hombres tienen un gran número de zonas erógenas que no son el pene y los testículos. Cada uno preferirá algunas, y eso hay que descubrirlo experimentando. Y cada una de ellas en un determinado estado sexual: algunas cuando ya estamos excitados, otras como un previo. Se pueden excitar varias zonas a la vez, o centrarse en una. Vamos, que hay mucho que probar, nada de reducir al hombre al pene;
- Sexo sin eyaculación: El Tao sugiere ejercicios y técnicas para disfrutar placer sin eyaculación, y evitar el «punto de no retorno» (momento a partir del cual no se puede evitar la eyaculación). Pero el objetivo es no concentrarse en la eyaculación: puede pasar o no;
- Excitar en los previos: Ya sea con unas transparencias o con unas caricias en el coche, a los hombres también nos gustan los previos;
- La felación: En esta postura el hombre se concentra en su propio placer;
- La zona anal: El tabú hace que esta zona erógena quede bloqueada mentalmente, a pesar de ser una de las principales zonas erógenas del hombre, principalmente debido a la próstata (de la que ya hemos hablado en este post);
- Cambiar de posición puede ayudar a alejarse del punto de no retorno, siempre y cuando sea lo que queramos;
- La influencia del amor: El tipo de relación tiene un efecto enorme sobre el orgasmo, y las relaciones más profundas provocan placeres más intensos.
En resumen, lo que hemos comentado varias veces: conocerse bien lleva su tiempo, y es una labor de pareja. Ahora os pregunto a vosotras: ¿ha habido alguna vez que os ha sorprendido la complejidad sexual de vuestra pareja? ¿alguna vez que os ha pedido algo que no os esperabais? Y a vosotros: ¿alguna vez habéis tenido la sensación de buscar algo más, de querer pedir algo que no sabéis precisar?
1 comentario
kart tauner · 12/07/2014 a las 12:28 pm
Muy bueno…algunas veces lo practico…