La penetración anal con el pene puede no ser agradable para todos/as, pero lo que es indudable es que el ano tiene muchos receptores de estímulos, y por lo tanto puede producir mucho placer. Los dedos, con su sensibilidad y delicadeza, son perfectos para jugar con el ano, y adaptarnos a lo que es placentero. Unos dedos suaves y ágiles pueden hacerte disfrutar de orgasmos mucho más intensos!
Los dedos y la lengua son las herramientas sexuales más delicadas que tenemos. Ya hemos comentado la estimulación del ano con la lengua, llamada annilingus o rimming, y cómo tiene un morbo especial, con nuestra cara situada entre las nalgas de nuestra pareja. Pero los dedos nos dan mayor control: tienen mayor capacidad de ejercer presión, mayor movilidad, y sobre todo nos permiten ver mejor qué estamos haciendo. Vamos, que quizás tenga menos morbo pero son herramientas mucho más útiles. Y por supuesto mucho más íntimas y flexibles que un consolador, por mucha forma y silicona especial que tengan.
Así las caricias anales se basan en acariciar el ano con los dedos. Ya hemos hablado de que son un paso casi obligado en el sexo anal, ya que ayudan al ano a relajarse y permitir la penetración con el pene o un juguete. Y también hemos comentado que son una alternativa al sexo anal, especialmente indicada para aquellas personas que no están muy seguras de su sensibilidad en esta «zona prohibida». Con unas caricias anales descubriremos poco a poco el placer que nos puede aportar, aprenderemos a disfrutarlo y a confiar en nuestra pareja.
Porque el sexo anal suele requerir de un tiempo para acostumbrarnos a la nueva sensación y aprender a disfrutar de ella. Esto es particularmente cierto para los hombres, porque les deja en una situación vulnerable, a la que no están acostumbrados. Y aún más si llegamos a la penetración: a eso sí que no están acostumbrados! Por ello el sexo anal comienza en la cabeza, aceptando la sensación con mente abierta.
También es cierto que no todo el mundo tiene el ano igual de sensible, o que igual no son capaces de disfrutar de este estímulo. Las caricias anales son una forma fácil y rápida de descubrir si queremos continuar probando a estimular nuestro ano o mejor lo dejamos.
El objetivo de las caricias anales es aumentar la excitación, como un apoyo a cualquier otra actividad sexual, como por ejemplo durante la masturbación. Tanto en la masturbación masculina como en la femenina ya tenemos nuestras manos en la zona cercana, con lo que ¿por qué no? También es habitual combinarlo con el sexo oral, tanto la felación como el cunnilingus.
Las caricias anales pueden evolucionar a la penetración digital, también llamada analdigitus. No es estrictamente necesario el uso de lubricantes ni para las caricias anales ni para el analdigitus (el tamaño de un dedo no es tan grande como para requerirlo), pero puede ayudar. Esto es especialmente cierto en los casos de iniciación el sexo anal, en el que estímulos demasiado altos pueden provocar sensaciones desagradables. Para evitar esto es aconsejable seguir los siguientes pasos:
- Postura: Tenemos que estar cómodos, en una postura que nos permita tener las nalgas separadas y relajadas;
- Lubricante: Nos facilita suavizar las sensaciones, y puede ser muy recomendable para penetraciones de más de un dedo;
- Guantes de vinilo: Nos dan una enorme suavidad en toda fricción, y con un buen lubricante hacen que cada caricia sea suave como la seda. También facilitan mucho la penetración del analdigitus, especialmente en el caso de manos curtidas. Y por supuesto son estupendos para mantener la higiene, ya que si queremos pasar a otra zona (vaginal, pechos, boca…) sin llenarla de bacterias anales, sólo tenemos que quitarnos el guante. A falta de guante podemos usar un condón;
- Manicura perfecta: uñas cortas y bien limadas, sin ninguna esquina. Para más seguridad, los guantes que os hemos comentado;
- Movimientos suaves y circulares, empezando por estímulos ligeros y subiendo la intensidad poco a poco;
- Comunicación, y dejar que sea el «acariciado» el que decida. Para ello éste tiene que ser consciente de ello y decir todo lo que le apetece, o moverse adecuadamente. Por ejemplo, si empezamos con caricias anales y el «acariciado» siente la necesidad de seguir al analdigitus, puede mover su trasero hacia la mano de su pareja y pedirle que siga, que le penetre. Por supuesto de la forma más excitante y erótica posible! Cuidado, el opuesto también es cierto: Si necesitamos ir más lento, o dejarlo por ahora, sólo tenemos que decirlo;
- Excitación: Hasta que estemos acostumbrados a disfrutar de la zona anal necesitaremos llegar a un alto grado de excitación antes de acercarnos a la zona. Ya excitados perderemos inhibiciones y nuestro cuerpo responderá él solito, así que tenemos que conseguir que el «acariciado» esté todo lo excitado que sea posible!
Nuestra recomendación
Como hemos comentado las caricias anales y la penetración anal con dedos son la mejor forma de iniciarnos en el sexo anal. Pero para que sea agradable tenemos que conseguir que nuestra pareja esté muy excitada, así que os proponemos combinarlo con sexo oral o masturbación. La postura a asoptar debe ser lo más cómoda posible, pero tendremos en cuenta lo acostumbrados que estemos a esta situación:
- Para ellas puede ser interesante la postura a cuatro patas, que permite un estupendo acceso a la masturbación, analdigitus y annilingus
- Para ellos puede ser una postura demasiado «dominada», por lo que podemos usar una postura de pie: él está de pie ella puede sentarse detrás, masturbándole a la vez que le estimula el ano
La opción del guante de vinilo con lubricante es siempre interesante, ya que lo facilita todo y nos permite pasar a otras zonas rápidamente. Y la clave está en hacer una aproximación progresiva:
- Primero acariciamos y masajeamos las nalgas
- Poco a poco vamos acercando los dedos a la raja entre las nalgas
- En dicha raja ya usamos guante y lubricante, y empezamos a acercarnos al ano, pero sin estimularlo directamente
- Así que esquivamos el ano, acariciando la zona de las nalgas justo a su lado, mientras subimos arriba y abajo. Eso sí, sin llegar nunca a los genitales!
- Poco a poco vamos aumentando el estímulo, como una espiral en la que nos vamos acercando al punto clave
- Y por supuesto en todo momento escucharemos las peticiones de nuestra pareja y mantendremos la masturbación, de forma que no descienda su excitación!
Otra forma de probar el estímulo anal es que uno mismo lo haga, ya sea durante la masturbación o durante el sexo. Esto puede ser interesante en casos complicados, ya sea por problemas de confianza o de exceso de sensibilidad. En casos muy extremos se puede probar a solas durante la masturbación, especialmente en el baño o ducha, donde el jabón y el agua caliente ayudarán a hacer la prueba.
Con esto podemos empezar a tantear la zona y buscar nuevas sensaciones con nuestra pareja. Y es recomendable turnarnos en los papeles e ir cambiando: ahora uno recibe el estímulo y luego es el que lo proporciona. Después hablamos y vemos qué nos ha parecido! Con un poco de suerte habremos encontrado un filón de placer!
2 comentarios
gracia lozano · 16/09/2014 a las 2:17 pm
quisiera ver un articulo sobre sexo oral entre la pareja
larpham · 26/09/2014 a las 2:45 pm
Tenemos varios posts sobre sexo oral:
Y si buscas algo más concreto verás unos cuantos más posts!