Los fetiches sexuales son objetos o partes del cuerpo que aumentan el deseo sexual. Los más conocidos son el fetichismo por los pies (podofilia), que también tiene su vertiente en los zapatos de tacón. En las relaciones estables pueden aportarnos un elemento que se salga de la rutina, de forma que podemos probar varios fetiches. Pero siempre con limitaciones, no vaya a ser que se conviertan en el foco del deseo.
En la red podemos encontrar multitud de sitios web con listas de los fetiches sexuales más extraños, que van desde la excitación por los zapatos de aguja hasta la excitación por los globos (?!?!). Pero lo importante no es sorprenderse con lo que algunos individuos consideran excitante, sino saber cómo emplearlos. Lo que está claro es que ciertos objetos pueden ayudar al deseo sexual, con lo que vamos a ver cómo emplearlos para darle gracia a nuestra vida sexual.
Fetiches: En qué consisten
Los fetiches son objetos que potencian el deseo sexual y no suelen hacerlo (por ejemplo que te atraigan los pechos femeninos no es un fetiche). Se dividen en dos grandes ramas: los objetos (zapatos, guantes, esposas, ropa interior, etc) y partes del cuerpo (como pueden ser los pies o las barbas, y como hemos dicho no se incluyen las zonas erógenas, a menos que sea un tipo muy concreto: los pechos muy pequeños).
Como vemos es algo muy genérico, con fronteras un tanto ambiguas: Casi todo puede ser un fetiche. Los motivos para que algo sea un fetiche son muy personales, y a menudo el propio individuo no es capaz de explicarlo. En general los motivos incluyen muchas sensaciones, como puede ser el tacto del latex, y la estética asociada, como puede ser la dominación asociada a las esposas. A menudo están asociados a las fantasías sexuales: Una fantasía de femdom o dominación femenina puede llevar asociado un fetiche por los zapatos de tacón, que le dan poder.
Cuándo son excesivos
También hay que tener claro que no todos los fetichismos son trastornos. Muchos fetichismos son algo temporal, un deseo que dura unos pocos meses. En estos casos el fetichismo suele desaparecer al aparecer una nueva preferencia sexual, con lo que vamos cambiando el objeto de nuestra excitación. No suena mal, ¿verdad? Así no hay forma de caer en la rutina.
En el caso de los fetichismos permanentes se les considera trastornos cuando nos impiden llevar una vida sexual normal. Es decir, son problemáticos cuando ese objeto o parte del cuerpo es absolutamente necesaria para poder llegar al placer sexual. En estos casos toda la conducta sexual del individuo gira alrededor de ese objeto o zona del cuerpo «cosificada», y entonces se considera una parafilia dependiente, es decir una desviación sexual. Pero por supuesto aquí no estamos hablando de estos casos, sino de una especie de juego aprovechando su capacidad erótica.
Cómo incorporarlos a nuestra vida sexual
Así que la idea es ir incorporando objetos o zonas del cuerpo a nuestra vida sexual, centrándonos en ellos temporalmente para disfrutar de las sensaciones que nos dan. Y en cuanto nos aburran o veamos que ya no nos aportan lo mismo que al principio, abandonarlos para buscar otro elemento nuevo. Así de sencillo, y así de excitante.
¿Qué podemos usar? Cualquier cosa puede ser un fetiche sexual, la base para encontrarlos es estar dispuestos a explorar nuestra sexualidad. Si dejáis libre vuestra imaginación en pareja y os concentráis en el más mínimo detalle que en algún momento os ha aportado un toque erótico, seguro que encontráis varios fetiches. Así que hay que estar receptivos y dispuestos a probarlo todo, y volver a mirar todo lo que tenemos a nuestro alrededor con nuevos ojos.
Por ejemplo puedes explorar el recuerdo de esa vez que lo hicisteis sobre la alfombra de pelo largo del salón. ¿Que la textura del pelo rozando toda tu piel fue estupenda? Pues busca potenciarlo: extiende un abrigo de pelo sobre la cama y a probarlo!
Compartiendo los fetiches
Los fetiches, como las fantasías eróticas, son algo muy íntimo. La única forma de que puedan funcionar dentro de la pareja es que se puedan plantear de forma abierta, sin temor a ser prejuzgados. Vamos, que si tu pareja te propone probar algo nuevo (imagínate algo raro: poner un plástico en el suelo y daros lubricante por todo el cuerpo) y tú te ríes o le miras como si fuera un bicho raro, olvídate de que te vuelva a proponer nada.
Así que nada de juicios, siempre tenemos que pensar en que no nos importa lo raro o extravagante que pueda ser, siempre que nos dé placer. Y así cualquier cosa que nos proponga tiene que ser recibida positivamente, con intención de probarlo como mínimo (siempre que no implique un daño, por supuesto).
Algo más difícil es detectar posibles fetiches en el comportamiento de nuestra pareja, sin que él/ella nos dé la idea. Para ello hay que estar muy atentos a cualquier cosa que se salga de lo normal, y recordar las ocasiones en que nuestra pareja se ha excitado especialmente. Si te acuerdas de un día en el que tuvistéis un sexo increíble porque él te había visto probarte una minifalda sin ropa interior debajo… pues es cuestión de probar a ver si le va y repetirlo, ahora con más erotismo.
De esta forma cualquier pequeña pista puede llevarnos a encontrar un fetiche de nuestra pareja, y a compartirlo. Una frase del tipo «no sabes cuánto me excita…», o una inesperada humedad en sus partes son las pistas más claras. Es cuestión de ir probando, y si no nos gusta no pasa nada: Tendremos una buena lista de cosas que no nos excitan.
El opuesto también es cierto: Puede que algo que excitase a nuestra pareja durante un tiempo ya haya perdido su toque y ya no le interese. Así que si notamos que ya no tiene ese efecto, es hora de buscar otra cosa! Y también hay que estar atentos a nosotros mismos: La excitación producida por los fetiches puede ser muy sutil, y hay que estar atentos para darse cuenta de que ya se ha perdido y que no nos aportan nada.
Por último tenemos que tener claro que compartir los fetiches es algo muy íntimo, casi un secreto compartido. Esto nos dará una confianza adicional dentro de la pareja y una sensación de cercanía. Aparte, por supuesto, del placer que podemos sacar de toda la experiencia! Así que a buscar por toda la casa cosas que nos gustaría probar…
4 comentarios
Filias – podofilia y footjob | Sexo para parejas · 10/11/2012 a las 1:28 pm
[…] que lo más importante es ser conscientes de compartimos algo de esta filia. Como comentamos en el post de los fetiches sexuales sólo es preocupante si se convierte en una fijación que nos impida disfrutar de otras formas de […]
Juguetes – los guantes » Sexo para parejas | Sexo para parejas · 12/01/2013 a las 12:25 pm
[…] tiene nada de malo mientras no nos impida disfrutar del sexo sin el fetiche (como ya comentamos en el post sobre los fetiches sexuales). Un material que tiene su propio fetiche y estética es el latex, que casi siempre dispone de […]
Juguetes – las medias | Sexo para parejas · 02/11/2014 a las 4:30 pm
[…] el cuerpo femenino, y hay verdaderos fanáticos de esta prenda, hasta el punto de convertirse en una parafilia. Te ayudan a sugerir en vez de enseñarlo todo, provocando el erotismo. Para ellas: si ves que tu […]
Preguntas - sexo con ropa interior - Sexo para parejas · 10/02/2017 a las 5:11 pm
[…] toda la pinta de ser un fetichismo: Para él tiene una componente erótica muy fuerte, aunque los demás no veamos ninguna razón […]