Esta fue una fantasía hecha realidad. En una ocasión mi esposo y yo fuimos a unas grutas pero no encontramos habitaciones en el hotel del lugar y realmente estábamos deseosos de tener sexos. En el sitio había un gran río con agua caliente y obvio mucha gente disfrutando ahí, así qué nos apresuramos a hacer lo mismo, ese día use un traje muy sexy que dibujaba perfecto mi silueta y se me marcaba un trasero hermoso, pues nos metimos al río y entre los jugueteos su pene rosaba mis nalgas y pude sentir su ereccion aquello me excito mucho y mientras lo abrazaba y besaba comencé a frotar su pene con la mano y él hizo lo mismo con mi clitoris, la adrenalina al saber que había gente a nuestro alrededor le ponía más placer al asunto y los dos logramos estallar de placer en un delicioso órgano, aún cuando ha pasado tiempo de eso, nos excita saber que más de uno nos vio masturbarnos y seguro se les antojo
Categorías: Fantasías
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