Ya os hemos recomendado las ataduras a la cama en otro post. Pero ahora ponte en situación: tienes a tu pareja en pelotas, atada encima de la cama y completamente a tu disposición. ¿Qué le harías?
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Porque una cosa tiene que estar clara: si tu pareja se presta al jueguecito es porque tiene expectativas. Vamos, que no espera que sea el mismo sexo de siempre, pero atado/a. Espera algo, quizás algo nuevo o quizás algo más duro. Sólo tú puedes saberlo, pero que sepas que le pasa esa idea por su cabecita.
¿Y si fueras tú el que está atado/a? ¿Qué esperarías de la sesión de sexo?
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