Estos últimos días hemos hecho una encuesta con la pregunta más clásica: ¿Cuál es la duración media de vuestras relaciones sexuales? Los estudios nos decían que la media eran unos 20 minutos, pero las respuestas nos han dado valores mucho más altos!
La duración de la relación se suele relacionar con lo bien o mal que va como pareja sexual: si nos va muy bien con nuestra pareja estaremos más tiempo disfrutando de su cuerpo. Pero que nadie se obsesione: la duración de nuestras relaciones suele variar bastante, dependiendo del cansancio, humor, estrés… vamos, que en una época podemos ir a lo rápido y un mes más tarde darnos sesiones de una hora 😉
Pero queríamos tener una idea de cómo iba la media, así que os hemos preguntado por la duración media de vuestras relaciones, y el resultado ha sido muy superior a la supuesta media de 20 minutos:
Vemos que sólo una de cada diez personas (12%) anda por debajo de la media, en menos de 15 minutos, mientras que 4 de cada diez superan los 40 minutos!!
¿Más de 40 minutos de sexo de media?
La primera conclusión que sacamos es que no somos muy objetivos evaluando el tiempo que le dedicamos al sexo: para tener de media más de 40 minutos hay que ser muy constante! Es decir, si una vez nos apetece un quickie de 10 minutos y luego queremos tener una media de 40 minutos tendríamos que tener una sesión de hora y diez minutos como mínimo!
Es decir, que sólo nos acordamos de esas sesiones maratonianas con nuestra pareja, ya que son las que más impresión nos han dejado, mientras que nos olvidamos del sexo rápido de 10 minutos. Y así las medias nos dan impresionantes! 😉
Pero aún si reducimos los resultados al peldaño inferior tenemos una media para una relación sexual sobre los 30 minutos, lo que está muy bien.
El sexo más lento no tiene que ser mejor, pero…
Está claro: Lo que importa es disfrutar de lo que nos apetece en cada época. Si nos pasamos unas semanas con sexo «aquí te pillo y aquí te mato» en cualquier esquina de la casa (o en lugares públicos, por qué no?) vamos a disfrutar enormemente.
Pero hay que ser conscientes de que el sexo rápido nos hace perdernos los placeres más sutiles del sexo, los que aparecen cuando se prolonga y disfrutas manteniendo el nivel de excitación todo lo que puedes. El sexo prolongado tiende a ser mejor porque nos permite sacarle todo el partido a la relación: tenemos tiempo para ir escogiendo lo que más nos excita en cada momento y llevándolo al límite.
La clave para disfrutar del sexo prolongado es evitar tomar el orgasmo como objetivo: no se trata de llegar al final lo más rápidamente posible, sino de disfrutar de cada instante. Y esto implica que no pasa nada si se pierde la excitación durante un momento: se cambia la actividad a algo que nos vuelva a poner a tono y a disfrutar!
Es decir, muchas personas ven el hecho de que su pareja pierda la excitación como una señal de que algo va mal (especialmente a nivel físico y en los hombres: perder la erección). Hay que cambiar esa mentalidad: una pérdida de excitación puede ser sólo física y tu pareja puede estar disfrutando enormemente a nivel psicológico. Así que hay que tomarlo como una oportunidad de volver a excitar a su cuerpo y empezar otra vez la relación desde el principio.
El orgasmo no es el objetivo
Hay varias formas de conseguir evitar el centrarnos en el orgasmo, aunque la más divertida son los juegos sexuales: como nos concentramos en el juego en sí mismo el orgasmo queda en un papel secundario. Por ejemplo tenemos la posibilidad de hacer un maratón de posturas sexuales: estaremos tan ocupados pensando en la siguiente postura a probar que podremos seguir durante un buen rato!
Otra posibilidad son los juguetes sexuales: la novedad del juguete recién comprado hace que estemos atentos a cómo usarlo y qué efecto tiene, con lo que disfrutamos de la sensación en vez de buscar el orgasmo. Este efecto se pierde si usamos el juguete demasiado, pero podéis dejarlo olvidado en el fondo del cajón y recuperarlo al de un tiempo, el truco volverá a funcionaros!
Y como estos trucos tenemos muchos: jugar con comida, el toque exhibicionista, probar actividades nuevas como la dominación, castigar a nuestra pareja para que no acabe demasiado rápido, etc. Este tipo de cambios no sólo acaban con la rutina, sino que además nos dan algo más en lo que pensar!
No nos olvidemos de los juegos previos!
Ojo que los juegos sexuales previos sexuales tienen que estar incluidos! La forma más sencilla de prolongar la actividad sexual es alargando los juegos previos: pueden empezar poco a poco y durar muchísimo más que cualquier relación de penetración. Así que hay que tenerlos siempre bien a mano y aprovechar cualquier oportunidad!
Nuestro consejo para ello es mantener el nivel erótico tan alto como podamos, y de forma constante. Y tanto nuestro propio nivel erótico, cuando estamos lejos de nuestra pareja, como cuando estamos con ella y podemos acariciarle sin motivo alguno. Hay que incorporar el erotismo al día a día, y aprender a hacerle caso a nuestro deseo sin tener que llevarlo a sexo con orgasmo: cualquier momento es bueno para meterle mano a tu pareja, o cogerle la mano y ponerla en tu entrepierna.
Un ejemplo: estáis tumbados tranquilamente en el salón viendo la televisión. Probablemente si coges la mano de tu pareja y te pones a hacer algo erótico con ella (lamer sensualmente las yemas, ponerla en tus pechos o entrepierna, etc) tu pareja puede pensar que te apetece sexo en ese momento e intentar excitarte rápidamente para llevarte al orgasmo. Pero ahí está el error: puede que sólo te apetezca el erotismo y el nivel de excitación suave y relajado. Y si seguís así durante una hora al final la excitación subirá y no podréis evitar el sexo y el orgasmo, pero habréis disfrutado de un placer mucho más prolongado y agradable.
Así que todos a estar atentos a cualquier oportunidad de tener una vida más erótica y excitante: ¿por qué no empezar ahora mismo?
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