Lo primero explicar qué son los sprinkles o toppings de postres: son las virutillas que se ponen encima de las tartas, helados, etc. En castellano hay quien las llama confetis, chispas, etc. Aunque ya hemos hablado de algunas ideas de juegos eróticos con comida (uno, dos y tres), esta idea es más estética y visual que de gusto: ponernos los sprinkles en la parte del cuerpo en que queremos que nos lama nuestra pareja. Ya véis, una idea muy juguetona!
El lenguaje en el sexo puede ser algo muy erótico: hay a quien le gusta hacerlo en silencio absoluto, disfrutando de la tensión contenida; otros prefieren los susurros románticos al oído; los gemidos y gritos que oyen hasta los vecinos… Pero en este post queremos tratar el tema del lenguaje obsceno, llamado dirty talk en inglés o guarradas de forma vulgar en castellano.
Ya hemos hablado de las posibilidades de la vestimenta, sobre todo como una comunicación por la que le dejamos claro a nuestra pareja nuestros deseos. Pero ahora queremos proponer la idea opuesta: que sea nuestra pareja la que nos elija la ropa.
Muchas parejas salimos a hacer deporte juntos, un poco de ejercicio, normalmente corriendo. Podemos aprovechar estas salidas como un momento erótico, aprovechando el deporte para incorporar sexualidad. Con esto sacaremos el máximo partido a este momento en pareja, en todos los sentidos.
El otro día en el tumblr vi esta foto, y me imaginé que la pareja está haciendo el amor al ritmo de la música, y de ahí el gesto de la chica y su pelo. Así que me ha parecido una buena idea, y aquí os propongo algunas ideas.
La próstata puede ser una gran fuente de placer sexual en el varón. Se le ha llegado a llamar el «punto P», como equivalente al punto G femenino. Aunque la forma de estimulación más directa es vía anal, hay otras formas externas que nos pueden indicar cómo de sensible es nuestra próstata.
Las máscaras y antifaces tienen una larga historia sexual, al ocultar la personalidad y permitirnos liberarnos de los tabúes sociales. Igual que comentamos con la vestimenta, una simple máscara transmite un mensaje claro del tipo de sexo que queremos practicar, y rompe la rutina automáticamente.
La danza de vientre (belly dance) es un estilo de baile para mujeres con un alto componente erótico y unos movimientos claramente reconocibles. Aunque no es fácil de dominar (clases y práctica), podemos emplearla a un nivel amateur como forma de romper la rutina y hacer ejercicio similar al aerobic.
Si nos sentimos con ganas de tener sexo lentamente y con mucho erotismo, podemos empezar por un juego previo con pinturas corporales. Nos sentamos con nuestra pareja, completamente desnudos, y con unos pinceles y pinturas corporales utilizamos nuestros cuerpos como lienzos. Conforme nos vamos acercando a las zonas erógenas la actividad va cogiendo erotismo y al final seguro que nos olvidamos de todo y nos lanzamos sobre él/ella.
