Las máscaras y antifaces tienen una larga historia sexual, al ocultar la personalidad y permitirnos liberarnos de los tabúes sociales. Igual que comentamos con la vestimenta, una simple máscara transmite un mensaje claro del tipo de sexo que queremos practicar, y rompe la rutina automáticamente.
La danza de vientre (belly dance) es un estilo de baile para mujeres con un alto componente erótico y unos movimientos claramente reconocibles. Aunque no es fácil de dominar (clases y práctica), podemos emplearla a un nivel amateur como forma de romper la rutina y hacer ejercicio similar al aerobic.
Aunque ya hemos hablado de la masturbación, queremos comentar la «masturbación lenta» o slow handjob: una masturbación al varón muy lentamente, manteniendo el nivel cercano al orgasmo durante mucho tiempo y prolongando el placer.
Hay gente a la que le desagrada el sabor de los fluidos de su pareja (semen o flujo vaginal), lo que les dificulta el practicar sexo oral. Tenemos que saber que el sabor (y olor) de estos fluidos depende principalmente de la alimentación: hay alimentos que mejorarán el sabor, y alimentos que lo empeorarán.
Con la vida en pareja podemos volvernos demasiado cómodos, hasta vagos en el día a día, y perder lo que nos excita a uno de otro.. Ciertas actitudes, costumbres o comportamientos de la vida en común sobrepasan la línea de la intimidad y acaban con el deseo. Quickies in New York ha hecho un buen listado de las cosas que para él son una buena práctica para mantener el deseo en la pareja.
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Si nos sentimos con ganas de tener sexo lentamente y con mucho erotismo, podemos empezar por un juego previo con pinturas corporales. Nos sentamos con nuestra pareja, completamente desnudos, y con unos pinceles y pinturas corporales utilizamos nuestros cuerpos como lienzos. Conforme nos vamos acercando a las zonas erógenas la actividad va cogiendo erotismo y al final seguro que nos olvidamos de todo y nos lanzamos sobre él/ella.
Bien, no me refiero a que vayamos a la oficina de nuestra pareja y aprovechemos el descanso del café para un sexo rápido (aunque podría ser), sino a esas veces en que tenemos que trabajar en casa porque el trabajo se nos acumula por la semana y no nos da tiempo. Vamos, que nos encontramos un sábado por la mañana delante del ordenador, haciendo algo que no nos apetece nada. Y por eso es estupendo que tu pareja te asalte, te recuerde que es fin de semana y que no estás en la oficina.
En esta esta entrada proponemos una idea para disfrutar sexualmente de una cena agradable en un restaurante. Mientras disfrutamos de la charla y la comida con nuestra pareja podemos mantener una excitante «charla» erótica con los pies debajo de la mesa. El estar en un lugar público y el riesgo de que nos pillen nos aportará una excitación adicional y una complicidad que reforzará nuestra vida sexual.
